Los 10 directores mexicanos de la década

En estos últimos años, el cine mexicano subió varios niveles. A través del proyector sobre una gran pantalla, tuvimos la oportunidad de ver el talento de grandes directores y directoras. Que contra todos los obstáculos y pronósticos, demostraron que en México se hace cine, y bueno.

A continuación, una lista de diez directores mexicanos que dejaron todo su ser en los carretes esta década. Un puñado de irreverentes, que rompieron los moldes al salir de la zona de confort, que encararon a la sociedad y al sistema político. 

Cineastas que manejaron temas poco, o nada tratados en el cine mexicano. Y sin importar los números en taquilla, los desventajosos horarios, o la distribución nacional poco equitativa por parte de los grandes complejos de exhibición, callaron bocas con la calidad de sus historias y su magistral dirección.

Diez nombres, (acompañados de un número que de ninguna manera brinda superioridad frente a otros) que la rompieron en esta década, y que esperamos lo sigan haciendo.


10. Lila Avilés

La directora oriunda de la capital del país hizo su debut en 2018 con La Camarista, la cual fue internacionalmente aclamada. Avilés nos presentó con su ópera prima una interesante tesis sobre la desolación de la mujer, al contarnos la vida de Eve, una trabajadora de uno de los hoteles más lujosos de la Ciudad de México.

Directores Mexicanos de la década - Aviles

La cinta provocó excelentes sabores de boca por diversos festivales de cine alrededor del mundo: el TIFF, FICM, y el BFI London son algunos de ellos.


9. Amat Escalante

Escalante ya había generado un enorme revuelo en el año 2013 cuando su película Heli fue estrenada en Cannes. Ahí, el director nacido en España se hizo con el reconocimiento a Mejor Director por su trabajo que expone la extrema violencia que somete al país debido al látigo del narcotráfico.

Directores Mexicanos de la década- Escalante

Por otra parte, su película La región salvaje (2016) retumbó entre palmas en el marco del Festival Internacional  de Cine de Venecia. Ahí, el director se hizo con el León de Plata por Mejor Director. Sin embargo, en México se esperó hasta 2018 para tenerla en salas comerciales. Pero a dos días de su estreno, Cinemex canceló cerca de 40 pantallas de exhibición, sin razón alguna.

Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro mostraron su descontento ante el curioso hecho, pues una programación en cartelera se hace con meses de antelación. Y con sus respectivos negocios publicitarios de por medio. Pero a los días se re-programaron 30 pantallas en el complejo.

La película, que ya se disfrutaba en Japón y Europa, mientras en territorio nacional colgaba de un hilo, nos recuerda que somos seres sexuales. Reprimamos o no ese instinto natural, queda en cada quien. Sin embargo, añade en medio del argumento freudiano a un alienígena que cumple con estos placeres. Historia que incomoda a un México de mayoría tradicionalmente sexista.


8. Isaac Ezban

Con una de las visiones más arriesgadas dentro de un México dominado por visiones tibias, Ezban presentó dos películas con historias que van de lleno al género de ciencia ficción. Uno género apenas tocado, o hasta virgen podríamos decir, si hablamos del cine nacional contemporáneo.

Directores Mexicanos de la década - Ezban

En 2014, proyectó El Incidente, una película que sigue dos historias dentro del mismo argumento. Una nos habla sobre dos hermanos, que al intentar escapar del arresto de un policía, quedan atrapados en un bucle dentro de las escaleras de un edificio. Los pisos se repiten sin dar posibilidad de salida. Por otro lado, tenemos a una familia que, durante un viaje en carretera, de igual forma se ven atascados en un bucle, donde no importa cuanto aceleren el carro, aparentemente jamás saldrán.

Con Los Parecidos (2015), Ezban realiza un honor a las películas de terror de los cuarenta y cincuenta. La trama está ambientada en México durante la noche del dos de octubre de 1968. Varios viajeros se refugian de la lluvia en una estación de autobuses, cuando de pronto, un fenómeno inexplicable empieza a afectarlos a todos poco a poco.  

Actualmente sigue hablando del terror, suspenso y ciencia ficción con una producción en Estados Unidos: Parallel (2018). Metraje que aún no se estrena comercialmente, pero que ya dio vueltas por festivales de cine.


7. Julio Hernández Cordón

El guatemalteco-mexicano entregó a lo largo de la década tres películas. Hernández Cordón, a veces guiado por el experimento de la improvisación, y en otras ocasiones aferrado a un guión de plano a plano, puso sobre la mesa la fortaleza de la amistad, el amor, la familia; y por otro lado, la inseguridad en México.

Su trabajo Te prometo anarquía (2015) es una historia de amor y amistad de dos jóvenes de la Ciudad de México, apasionados del patinaje. Que se dedican a la venta de sangre, hasta que se cruzan con el crimen organizado

Con Atrás hay relámpagos (2017) colocó al borde de una soga el valor de la amistad cuando hay un crimen de por medio. ¿Se cargaría en la conciencia el cadáver de una persona a cambio de conservar el vínculo con tu mejor amiga?

Su más reciente entrega Cómprame un revólver (2018) retoma más de lleno a un crimen organizado especializado en desaparecer mujeres, en un México que lamentablemente, nada le debe al real. Ahí Huck, la última niña de una comunidad, esconde su rostro tras una máscara para evitar que la roben. A la vez que ayuda a su papá adicto, a cuidar un campo de béisbol abandonado, donde juegan los narcos

La película que te da un golpe de realidad deprimente justo al rostro, y que pone en vergüenza a todo un sistema de seguridad y político, se estrenó en el Festival de Cine de Cannes 2018 con enorme aceptación.


6. Tatiana Huezo

La cineasta salvadoreña-mexicana, abrazada del largometraje documental, nos retrató la realidad que impera en el Salvador y en México. Mundos que son el despertar y pesadilla diaria de otras personas, de las cuales, en la mayoría de los casos, no escuchamos sus voces

Su visión expuso las problemáticas que los medios de comunicación, y “líderes políticos” ignoran. Desde estados fallidos, a sistemas educativos sin bases, y hasta desapariciones de mujeres.

Con El lugar más pequeño (2011) vivimos de cerca las anécdotas de cinco familias sobrevivientes a la guerra civil salvadoreña en en poblado de Cinquera. Además del posterior resurgimiento de entre las cenizas de aquella comunidad, cual fénix. 

En La tempestad (2016) conocimos la historia de dos mujeres mexicanas que fueron víctimas de un sistema político de quinta. Miriam fue injustamente acusada de tráfico de personas, por lo que fue recluida a una ‘prisión’ regida por el narcotráfico. Por otra parte, tenemos a Adela, quien al momento, llevaba diez años buscando a su hija desaparecida

Tatiana Huezo ganó un Ariel a Mejor Dirección por La Tempestad en 2017. Actualmente está trabajando en su primer proyecto de ficción: Noches de fuego. Material que pudo verse durante el octavo Cabos Film Festival.


5. Issa López

En el año 2017 nos sorprendió con Vuelven; su largometraje de terror, suspenso y fantasía. Una historia protagonizada por niños que interpretan a huérfanos del crimen organizado

La historia sigue a Estrella, una niña de diez años que acaba de perder a su mama. Y teniendo tres deseos a su alcance, pide que su madre desaparecida regrese. A partir de ahí, su espíritu la seguirá a todas partes. 

Un trabajo de dirección excelente por parte de Issa, algo que desearía verse más en el cine nacional. La también guionista del trabajo, coloca a niños como protagonistas, en situaciones ajenas que no terminan de comprender, pero que les causa horror. 

Su película Vuelven le dio la vuelta al mundo como: Tigers Are Not Afraid. Directores como Guillermo Del Toro la ovacionaron, e incluso uno de los genios del terror a nivel mundial, Stephen King, llegó a aterrorizarse en su butaca mientras la miraba. Sin duda, Issa López es una de los directores mexicanos que más prometen en la década que está por venir. 


4. Alberto Rodrígez

Otro de los directores con visión arriesgada al decidir involucrarse en un mercado que reserva espacios en taquilla para las producciones de Pixar, Dreamworks, estudios de animación japonesa, u otras casas extranjeras. 

El director también llamado Alberto “El Chino” Rodríguez, es la persona a cargo de la saga de animaciones mexicanas: “Las Leyendas”, que abordan historias tradicionales mexicanas. Que van desde la Llorona, las Momias de Guanajuato, y hasta el controversial Chupacabras.

Los largometrajes animados, producto de Ánima Estudios, causaron gran aceptación dentro del público mexicano de diversas edades. A tal grado que, se produjo una serie spin-off para Netflix. Y varias de las películas desfilaron entre nominaciones, y victorias en premios Ariel y Platino. En un campo tan desaprovechado en México como la animación, El Chino ha demostrado ser una verdadera inspiración para los nuevos directores mexicanos que incursionen en este rubro.


3. Luis Estrada

Con dos sátiras de humor negro, el director capitalino demostró que no le importó exponer un punto de vista compartido con la opinión de millones de personas afectadas y hartas de un país sumido en la guerra y en opciones limitadas en entretenimiento.

El inmenso poder del narcotráfico y de los duopolios televisivos de aquel entonces, presentados en un ácido baño de limón y con agrietadas tortillas frías. Que provocaron risas, pero más un memorándum de la desesperante realidad que te aguardaba al salir de la sala de cine.

El Infierno (2010) realiza una severa crítica a la guerra en contra del narcotráfico, encabezada por el ex presidente de México, Felipe Calderón. A la par, recalcó que en medio del bicentenario de la independencia del país, y del centenario de la revolución, la nación se mantenía lejos de cualquier celebración. 

Cuatro años después estrenó La dictadura perfecta (2014) en medio de una censura publicitaria en los medios tradicionales. Estrada explicó lo que muchos “periodistas”, “reporteros” y conductores callaban; cómo los medios de comunicación influencian la forma de pensar dentro del país. A un grado de darse el lujo de manipular el sufragio “efectivo” de unas elecciones presidenciales copeteadas


2. Alonso Ruizpalacios

Con una de las más bellas cinematografías, Ruizpalacios destacó en la década con sus dos metrajes originales. Con uno, hizo un tributo a la nueva ola francesa. Con otro, retomó una historia mexicana poco conocida, pero la presentó con más de una cucharada propia.

Güeros (2014) expone temas de discriminación, clasismo e inestabilidad educativa y política a través de una road-movie de hermandad, amistad y amor. Cuyos temas son retratados en una cinematografía a escala grises de nostalgia, calma y belleza en una Ciudad de México desbalanceada.

Con Museo (2018) y sus juegos de cámara sorpresivos e imponentes, Ruizpalacios nos recuerda que aún hay demasiadas historias por contar dentro de un México diverso, así como tiempo para cuestionarnos qué es verdad, y qué es mentira conforme a lo que nos han contado a través de los años.

Ruizpalacios dio corte final a un punto de vista personal sobre el histórico robo al Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México en 1985. Hecho superpuesto sobre una trama que aborda la búsqueda de un propósito en la vida. Un ‘yo’ corriendo a través de carreteras, playas y salones de museo, en esperanza de encontrarse a la vuelta de la esquina. Además, se sazona con picantes críticas a la historia de México, que hacen despertar el nacionalismo olvidado por el país.


1. Los tres compadres

Alfonso Cuarón, Alejandro G. Iñárritu y Guillermo del Toro comparten este peldaño, porque fueron protagonistas de uno de los eventos cinematográficos más grandes de la década. Más allá de un chasquido, o números en taquilla. Los mundialmente conocidos como ‘Los tres compadres’, arrasaron en festivales de cine alrededor del mundo y en la temporada de premios de Estados Unidos.

Llevando a casa varias estatuillas de Oscares, Globos de Oro, etc., dieron una cachetada con guante blanco a todos aquellos que no creyeron en ellos. Entre presidentes radicales, ciudadanos xenófobos y connacionales malinchistas y corruptos, bastó decirles “porque soy mexicano” para callarlos.

Sin embargo, entremedio presentaron Gravedad (2014), Birdman -o la inesperada virtud de la ignorancia- (2015), El renacido (2016), La forma del agua (2017) y Roma (2018). Metrajes que fueron fotografiados (salvo el último)  con visión de otro mexicano, que sería pecado no mencionar: Emmanuel Lubezki.

Con sus grandes producciones rodadas en el extranjero, recordaron al país lo que significa la fuga de cerebros en diversos campos. No obstante, aquellos cuatro fueron entre muchas cosas, una inspiración para millones de mexicanos que desean contar su propia historia. Y por eso, sin duda, son los directores mexicanos más importantes de la década.


Entre más talentos de los que vale la pena hablar, hoy están los anteriores diez. Atrevidos directores mexicanos que sin ponerse de acuerdo, hablaron de lo que desde norte, a centro y sur, aqueja a un país. Crimen organizado, corrupción, racismo, explotación, sexismo, entre muchos dolores.

Los temas en el cine son universales, sin embargo, esperemos llegue el día en que las historias surjan de una total ficción. De un México donde no desaparecen mujeres, no asesinan estudiantes, ni donde reinan terceros en un estado fallido. Veremos qué sucede en los próximos diez años con los ya presentados, y futuros talentos que aún esperan su oportunidad.


¿Ustedes qué opinan, Cinéfilos? ¿Cuáles son sus directores mexicanos favoritos de la época?

Las 10 mejores series de la década

En los últimos diez años la televisión vivió transformaciones rotundas, esencialmente en la forma de consumir contenidos. La televisión abierta vio cómo sus audiencias se desplomaban y cómo los programas en vivo cedían terreno al contenido on demand. La irrupción de las plataformas de streaming cambiaron para siempre el mapa de medios.

Netflix y su “bendito” algoritmo dieron inicio a una nueva forma de ver televisión, con temporadas completas estrenadas en un solo día, con maratones enfermizas, lejos de la clásica costumbre de los episodios semanales. Lo que se viene será una batalla de plataformas de streaming que buscarán ganar o, al menos no perder, suscriptores en medio de una avalancha de nuevos shows que promete ser histórica.

Desde el 2010 hasta el día de hoy, miles de series se estrenaron alrededor del mundo. Fue el inicio de las antologías de la mano de la popular American Horror Story, el boom de las docuseries (cuánto te debemos Making a murderer), de pasar de la risa al llanto con grandes dramedys, término que se volvió muy común y que hizo que la frontera de los géneros sea cada vez más difusa.

Elegir las diez mejores series de la década es una tarea titánica. El orden de los siguientes shows puede variar por gusto o capricho personal, pero no hay dudas de que fueron ficciones que marcaron el decenio.

El único parámetro del siguiente top es que el capítulo uno de la serie se debe haber estrenado posterior al 1 de enero de 2010. Esta condición deja afuera a producciones enormes como Breaking Bad, Mad Men, o Parks and Recreation que, de no ser por esta regla, seguramente encabezarían esta lista.

Ahora sí, he aquí lo mejor de la década. Gracias a los 2010s por tanto.


10. Fargo (FX, 2014 -)

Parecía una pésima idea llevar a la televisión un clásico de culto del cine como lo es la película de los hermanos Coen. Nadie daba dos pesos por esta serie antológica de FX, pero Noah Hawley nos cerró la boca con un show que amplía de forma ingeniosa y muy divertida, el mundo creado por los hermanos ganadores del Óscar. Mucho humor negro, sangre por doquier y situaciones tan inverosímiles que tranquilamente podrían suceder en estos tiempos que vivimos. Un elenco de lujo y una fotografía inolvidable hacen de Fargo una pieza esencial de la década.


9. Fleabag (BBC/Prime Video, 2016-2019)

 

Hablamos de ella un montón. Phoebe Waller-Bridge se consolidó gracias a esta serie como una de los showsrunner más codiciada del momento. Una coproducción de la BBC con Amazon Prime Video que se robó la mirada del público y la atención de la academia en la última entrega de Emmys. Phoebe escribe y protagoniza una comedia que tiene mucho de drama. La soledad, el sexo, las relaciones vinculares, todo desde la mirada de un personaje roto que rompe la cuarta pared como nadie y logra de forma eficaz que nosotros espectadores seamos un personaje más dentro de la trama.


8. Succession (HBO, 2018 -)

La primera temporada estuvo muy bien y tuvo sus grandes momentos, pero la segunda es el motivo por el cual esta serie de HBO ocupa un lugar destacado dentro de lo mejor de los últimos diez años. Una familia de la que no querrías ser parte, dueña de un monopolio mediático enorme. La clase alta con todos sus defectos, sus miserias y su ambición explotadas al máximo. Personajes desagradables que luchan por el honor, pero sobre todo por el poder. Clases magistrales de actuación y la canción del opening que te perseguirá hasta la ducha.


7. Better Call Saul (AMC, 2015 -)

En tiempos de remakes, secuelas, precuelas y reboots, el spin-off de Breaking Bad logra separarse de su serie madre y tener identidad propia. Bob Odenkirk vuelve a ponerse en la piel de uno de los abogados más famosos de la televisión para regalarnos un personaje emocionalmente complejo. Sin tantos asesinatos y sangre, con más dramas legales, la continuación de una de las mejores series de la historia, es tan buena como su progenitora. Gracias totales Vince Gilligan y Peter Gould. 


6. Sherlock (BBC, 2010 -)

Cuando parecía que no había mas nada que contar sobre los históricos personajes creados por Arthur Conan Doyle, la BBC no regala frenéticos capítulos de 90 minutos de estos detectives, ahora protagonizados Benedict Cumberbatch y Martin Freeman. Inglaterra en su máximo potencial, un policial bien british con una gran fotografía y una banda sonora que amamos. Vueltas de tuerca a algunos clásicos, giros inteligentes que hacen que valga la pena esperar años entre cada temporada.


5. Bojack Horseman (Netflix, 2014-2020)

Desde el estreno de House of Cards y Orange Is The New Black, las primeras producciones originales de Netflix, la plataforma ha tenido varios aciertos y grandes fiascos o series para el olvido, pero sin dudas lo mejor que tiene la N roja en su catálogo es la serie animada de Raphael Bob-Waksberg. La madurez que alcanza Bojack Horseman llega a un punto tan alto, que es hasta envidiable por otros shows. Un hombre-caballo que en su momento fue una estrella de Holliwood (o Holliwoo) y que ahora está en la ruina emocional por actitudes egoístas que tuvo a lo largo de la vida. La soledad, el abandono, las relaciones padres-hijos, los vínculos amorosos, las adicciones, son algunos de los temas que toca la serie, que tiene tiempo para el humor, la parodia y la crítica al mismo Holliwood. Masterpiece.


4. Twin Peaks: The Return (Showtime, 2017)

David Lynch hizo lo que realmente se le dio la gana con esta continuación de la serie de principios de los 90 que se veía por la ABC. Surrealismo puro, episodios de lo más sorprendente e innovadores. Lynch en su estado más puro entregó algo más que un show televisivo, una experiencia que pone en duda todo lo conocido hasta el momento. No mas palabras Señor Juez.


3. Game of Thrones (HBO, 2011-2019)

Sin dudas la serie más popular de la década, probablemente el último gran tanque televisivo capaz de reunir a millones de espectadores todos los domingos para ver en vivo el ambicioso producto de HBO. Presupuestos millonarios, batallas épicas, personajes (y muertes) memorables. Pese a sus notables errores, Game of Thrones cambió la televisión para siempre y escribió su propio capitulo dentro de la historia del entretenimiento. Una trama imprevisible de una épica de fantasía que se sostuvo con un apartado técnico asombroso, con vestuarios y escenarios que no habían tenido lugar en la pantalla chica. El ejemplo mas claro de que “No es televisión, es HBO”.


2. The Americans (FX, 2013-2018)

Muchas veces olvidada, ninguneada de las entregas de premios, el show de FX da clases magistrales de narración. La serie es perfecta, redonda por cualquiera de las aristas desde donde se la analice. Una historia de espías que fue mucho más allá, es la historia de un matrimonio, probablemente la mejor dupla protagónica de la década, que lucha por seguir funcionando, es un drama familiar repleto de secretos. Un show sólido que fue creciendo durante sus seis temporadas para entregar un final memorable y de los más duros de la historia de la televisión.


1. The Leftovers (HBO, 2014-2017)

Damon Lindelof es el maldito amo. El showrunner ya había revolucionado el mundo del entretenimiento años atrás con la inolvidable Lost y en esta década nos regaló un show apocalíptico que de apocalíptico tenía muy poco. El 2% de la población mundial desapareció de la nada, sin dejar rastros, sin ninguna explicación lógica, pero a la serie no le importa el por qué sino que busca contar la historia de los que se quedaron en la Tierra. Un drama sobre la soledad, la pérdida y el duelo que te destrozará el corazón en cada escena. Una primera temporada angustiante que en la balanza pierde ante la magia, las metáforas, la poesía de las últimas dos. The Leftovers no cambió la forma de hacer televisión, pero si a cada uno de los televidentes que sufrieron y sanaron junto a los personajes.


Para ustedes, cinéfilos y cinéfilos, ¿cuáles fueron sus series favoritas de esta década?

Mr Robot: Un Cierre Épico

El desenlace de Mr Robot tuvo las proporciones épicas que todo fanático deseaba, llegando a un punto en que atravesó terrenos a lo Evangelion y sci-fi con fuerte contenido psicológico.

La partida doble de capítulos finales, 12 y 13 de la Temporada 4, fueron la conclusión perfecta para un show que tuvo de todo, desde grandes corporaciones hasta actos de heroísmo casi de fantasía, y es que esa palabra curiosamente es la que definiría de una vez por todas qué era lo que realmente pasaba alrededor de la trama.

Sucede que el Elliot Alderson que hemos seguido durante cinco años, como espectadores, o bien como voyeristas con dosis de egoísmo, no es el Verdadero, sino otra personalidad creada para protegerse.

El mejor twist: el emocional

Si algo ha caracterizado esta serie de Sam Esmail, es que sabe los momentos exactos para hacer giros, quizás unos pueden llegar a ser más elaborados que otros, sin embargo, siempre funcionan como un gran elemento sorpresa que le da impulso a la trama.

Esta vez también fue así, sólo que en vez de contar con aquella revelación que se ajusta a pequeñas pistas regadas en cada episodio, lo hizo de una manera más emocional, más desde el núcleo de las motivaciones de nuestro protagonista, el cual al verse en retrospectiva da profundo sentido a lo que hemos visto en años.

Y eso, señoras y señores, es escritura de guión hecho a la perfección. Las piezas encajan para un final emotivo al punto de las lágrimas, al dejarnos una lección doble: El saber soltar cuando se debe, y el saber dar la cara cuando se necesita.

El mundo ficticio

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Retomando un poco lo dicho en mi último review, “Elliot Feliz se topa al Elliot que siempre hemos conocido. La plática entre ambos nos dejaba entrever otro tipo de teoría interesante sobre qué estaba pasando, y es que encriptado en una partición interna, Elliot Feliz tenía bosquejos de F Society y de Elliot con la chaqueta negra que conocemos.

Este Elliot del mundo alternativo explica que a veces sueña con ser una persona distinta, una especie de vigilante hacker que quiere salvar el mundo, por lo cual crea el grupo radical y anarquista F Society.

Es una creación de este hombre que tiene todo en la vida: buen trabajo, buena familia y una futura buena esposa.

Un momento devastador ocurre cuando el Elliot que conocemos le pregunta a su otra versión, si quisiera tener la vida de él, a lo cual contesta que no. Explica que claramente ese Elliot es una persona triste, sin amigos, sin familia y sin un propósito claro de vida. ¡Ouch!

Posteriormente los dos Elliot se tocan y causan un nuevo terremoto, ya que la realidad alterna no aguanta a dos de los mismos, provocando que el Elliot Feliz se golpee la cabeza y quede moribundo, a vistas del Elliot nuestro.

Primero queda estupefacto, pero después de forma egoísta y escuchando la voz de Angela en el teléfono diciendo que por una vez de todas decida ser feliz, acaba con la vida de su alter ego, pidiéndonos a nosotros, su “amigo“, que mejor miremos a otro lado.

Fantasía imposible de hackear

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A pesar que hace sus mejores esfuerzos por suplantar al Elliot que vivía en ese mundo y se prepara para su supuesta boda, las cosas rápidamente se le salen de control.

Mr Robot hace su aparición, tratando de hacerle ver a Elliot que su plan no tiene pies ni cabeza, por lo que éste lo toma como un intento de sabotear su felicidad. Luego toma rumbo a la playa donde ocurrirá la boda para que se dé cuenta que algo anda mal…

Las personas que atienden al casamiento todas usan máscaras de F Society, y Angela sale corriendo hacia lo que era la base de este grupo hacker.

A partir de ahí, tenemos secuencias surrealistas en que no se distingue realidad de fantasía, del mundo alterno, de la mente de Elliot etc.

Un loop imposible de escapar hasta que Elliot se topa con Krysta, tras haber pasado encuentros con Mr Robot en el rostro de cada persona alrededor, así como un intento de homicidio por parte de Wellick.

Enfrentar la realidad

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En resumidas cuentas, el Elliot que conocemos es una de las personalidades creadas por el Verdadero Elliot, uno que asumió el control del anfitrión ya que es la Mente Maestra, el súper hacker capaz de hacer todo por salvar al mundo, aunque no al mundo en sí, sino labrar el camino para que el Verdadero Elliot tenga paz.

El Elliot hacker nació como consecuencia de que el Verdadero Elliot ya no podía lidiar con su realidad, tras haber sufrido tanto de por vida y desde su niñez, por eso creó a esta Persona capaz de asumir todo el dolor. Y a la vez, el Elliot hacker creó el mundo alternativo para que el anfitrión estuviese “guardado” mientras él asumía toda la personalidad.

Entre todo eso es que Elliot despierta finalmente de la fantasía. Está en una sala de hospital, con una Darlene preocupada a su lado.

En las noticias se sabe que Whiterose fue encontrado muerto en las instalaciones de la planta, la cual sufrió una explosión aunque no fue tan grave, debido a que se logró detener la reacción nuclear a tiempo.

A como es normal, Elliot está sumamente confundido y no sabe si esto es realidad o fantasía, pero Darlene le sostiene la mano y le confiesa que sí, que así es. Sin embargo, algo dentro de Elliot cambió… Sabe que esa sí es la realidad, solamente que él no es el verdadero.

Adiós, amigo

Darlene le indica que es cierto, que él no es el hermano con el que ella creció, que lo notó apenas fundó F Society. Ella nunca dijo nada porque tenía oportunidad de estar cerca de él, de recuperar los años perdidos cuando decidió marcharse.

Ante ese escenario, vemos nuevamente a Elliot dentro de su mente, con la familia ficticia que también creó (la mamá abusiva, el Elliot de pequeño y Mr Robot), en ese edificio a lo alto viendo al horizonte.

Ahí de una vez por todas decide cruzar la puerta hasta lo más profundo del subconsciente, esto los lleva a todas estas personalidades a una sala de cine, con la proyección mostrando las imágenes de todo lo vivido hasta ahora.

Pronto esa luz del proyector se vuelve el ojo de Elliot, pero no del que conocimos, sino del Verdadero, finalmente despertando ante la mirada contenta de Darlene.

El fin.

Veredicto

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Esta es una serie que en la última temporada supo manejar todo a la perfección, para dar un cierre que es épico porque no optó por lo tecnológico ni conspirativo, sino en la psique de una persona quebrada, cuyas piezas finalmente se unen para intentar una mejor vida.

Adiós, amigo, fueron cinco largos pero espectaculares años. Harás falta.

Si quieren profundizar más sobre este enorme final, pueden escuchar el podcast de aquí:

10 éxitos de la década dirigidos por Mujeres

¿Qué es el arte?, sino la capacidad de captar emociones en un objeto para expresar ideas. Valiéndose de distintos medios como las palabras, la poesía, la música, los movimientos que muchas veces en conjunto, dan como resultado una gran producción cinematográfica. Entonces, ¿se debe aplaudir el trabajo de mujeres? Como a cualquier otra producción.

Sin embargo, el género femenino aún se encuentra en una desigualdad de oportunidades. El progreso se sabrá cuando se dejen de dividir a las películas entre las que fueron filmadas por directoras y las que no.

En los Premios Oscar, siempre se han separado a las mujeres de los hombres, a excepción de algunas categorías como el Premio a Mejor Director. Desde 1929, tan sólo 5 mujeres han sido nominadas en esta categoría y la única que ha logrado levantar la estatuilla fue la directora, Kathryn Bigelow que ganó el premio en 2010 por su trabajo en The Hurt Locker.

Aún queda mucho camino por recorrer y en Fuera de Foco reconocemos a estas grandes directoras muchas veces difíciles de aceptar, porque hablan desde la verdad y la libertad, abordan temas sociales y culturales, y dan voz a aquellos que aún no la tienen, lo que en muchos casos incomoda a las audiencias.

A continuación 10 éxitos de la década dirigidos por mujeres:


10. Las Sufragistas (2015)


Película británica dirigida por Sarah Gavron, quien se dio a la tarea junto con el guion de Abi Morgan, de contar uno de los movimientos mas importantes de la historia, “el sufragismo”. Cinta protagonizada por Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Anne-Marie Duff, Brendan Gleeson y Ben Whishaw.

En Inglaterra a inicios del siglo XX, vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres ya comienzan la busqueda de sus derechos, concretamente el derecho a votar.  La mayoría de estas mujeres pertenecían a la clase obrera y en su constante lucha se despojaron del miedo a perderlo todo, sus casas, sus trabajos, sus hijos y sus vidas.

Esta es la historia de Maud (Carey Mulligan), quien no dudará en luchar por ella y sus compañeras, pioneras de este movimiento. La actriz Meryl Streep fue elegida para interpretar a la líder sufragista británica Emmeline Pankhurst. 

La película cuenta cómo las sufragistas reventaban escaparates, se manifestaban afuera del Parlamento e incluso una de ellas, Mary Richardson, acuchilló la Venus del Espejo de Velázquez en la National Gallery de Londres.


9. Tenemos que hablar de Kevin (2012)


Película dirigida por Lynne Ramsay, basada en la novela que lleva el mismo nombre de la obra por Lionel Shriver. La película se estrenó en el Festival de Cannes 2011 en donde estuvo nominada a la Palma de Oro como mejor película, al igual que en los BAFTA Awards y British Independent Film Awards.

Eva, (Tilda Swinton) es una escritora que decide casarse con Franklin, un fotógrafo, ambos deciden tener a un hijo, Kevin, (Ezra Miller) un niño problemático desde sus primeros años de vida, con su llegada, la madre se plantea si será posible criar a un hijo.

Kevin ha cometido errores terribles, y su madre se pregunta cuánto de eso ha sido culpa suya, pues sabe que la relación con su hijo siempre ha sido compleja y distante.


8. The Babadook (2014)


Ópera prima de la directora australiana, Jennifer Kent. Amelia interpretada por Essie Davis es una mujer que esta en depresión, pues su marido ha fallecido. Samuel, su hijo tiene serios problemas de conducta.

Samuel vive con el miedo de un mounstro que amenaza con matarlos. Cuando su madre le muestra el libro “The Babadook”, Samuel asegura que es el ente que ha estado soñando. Amelia, cada vez mas asustada por el comportamiento de Samuel, decide medicarlo, pero pronto ella sentirá que hay un tercero en casa.


7. La Dama de Hierro, (2011)


Película dirigida por Phyllida Lloyd y protagonizada por Meryl Streep, interpretando a Margaret Tatcher, conocida como La Dama de Hierro por su dureza a la hora de aplicar la política social.

En esta película veremos su lucha contra la demencia mientras observa momentos importantes de su vida como La Guerra de las Malvinas, y el precio que ha tenido que pagar por el poder. La película le dio a la protagonista premio como mejor actriz en los Premios Oscar.


6. Los Chicos estan bien (2010)


Comedia romántica dirigida por Lisa Cholodenko, protagonizada por Annette Bening, Julianne Moore y Mark Ruffalo, nominada a cuatro Premios Oscar.

Nic (Annette Benning) y Jules (Julianne Moore) son una pareja, que vive con sus hijos adolescentes, ambos obtenidos por inseminación artificial, lo que hará que mas adelante los chicos quieran conocer a su padre biológico. Esto dará pauta a un inicio de problemas familiares, pues el padre comienza a querer un lugar en esa familia, algo en lo que las madres no estarán convencidas del todo.


5. Invierno profundo (2010)


Dirigida por Debra Granik y basada en la novela de Daniel Woodrell,  protagonizada por Jennifer Lawrence y John Hawkes, nominada a cuatro Premios Oscar, entre ellos, a Lawrence como mejor actriz.

Ree Dolly (Lawrence) está a cargo de su complicada familia, debe de cuidar de sus hermanos y de su madre quien tiene problemas mentales. Su padre, productor de mentafetaminas, pone su casa como fianza para poder salir de prisión y es en dónde radica el problema, el padre esta desaparecido. Ree no tiene dinero, y debe hacer que vuelva pues a falta de éste podría perder su casa. Estas situaciones harán que Ree consiga transmitir el dolor y la desesperación, pues toda persona que podría ayudarle a encontrar a su padre decide rehusarse a apoyarla, ya que tambien pertenecen a la misma red criminal.


4. Cafarnaúm (2018)


Película libanesa escrita y dirigida por Nadine Labaki,  seleccionada para competir por la prestigiosa Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2018, donde ganó el Premio del Jurado.

Zain es un niño de aproximadamente 12 años, no se sabe su edad exacta porque ni él, ni sus padres saben la fecha de su nacimiento. Es así como, cumpliendo una condena de 5 años por apuñalar a un hombre, decide demandar a sus padres. Cuando el juez le pregunta sus razones para tal acción, Zain responde “Porque nací” dando a entender que son responsables de la vida tan dura que ha llevado siendo apenas un niño.

La directora retrata esta tragedia, que no solo le ocurre a Zain, sino tambien a muchos niños en el mundo, que sólo han nacido para ser abandonados.


3. Lady Bird (2017)


Película de comedia dramática, escrita y dirigida por Greta Gerwig, protagonizada por (Saoirse Ronan). Christine, se hace llamar “Lady Bird”, con inclinaciones artísticas y el anhelo de vivir en la costa Este, trata de encontrar su propio camino, uno de los puntos importantes de la película es la intensa relación con su madre.

La película estuvo nominada a cinco Premios Oscar, incluyendo mejor película y director.


2. Frozen (2013)


Película de animación que tuvo un gran éxito, envía un mensaje a la audiencia de inclsuión, marca una pauta diciendo que el tiempo de las princesas esperando ser rescatadas ha terminado. Cinta de animación más taquillera de la historia, diriga por Jennifer Lee, que le valió dos Premios Oscar, por Mejor Película Animada y Mejor Canción Original.

La historia se centra en Elsa, quien tiene problemas con sus poderes mágicos, pues a pesar de que eso la hace especial, se enfrenta a un sin número de temores a lado de su hermana Anna.


1.Wonder Woman (2017)


Diana (Gal Gadot) es hija de dioses y de una princesa de las Amazonas, mujeres bendecidas por los dioses para mantener la paz, un día un piloto se estrella en su isla, Temyscira, y Diana decide salvarlo, esto dará pie a que Diana lo ayude en una batalla en su mundo cuando los alemanes atacan Temyscira y las amazonas deciden entrar en acción.

La historia es dirigida por Patty Jenkins, primera mujer en estar al frente de una película de superhéroes.


Cinéfilas  y cinéfilos, ¿qué película dirigida por mujeres añadirían a esta lista?

Parasite: ¿Obra maestra?

Las dos películas ganadoras de los festivales de cine más renombrados a nivel mundial, Venecia y Cannes, muy pronto se alzaron en medio de la crítica con la etiqueta de “Obras maestras”. Joker llegó a salas y corroboró en las audiencias el buen impacto que tuvo en Venecia. Casi paralelamente, aunque de forma mucho más discreta, la ganadora de la Palma de Oro en Cannes, Parasite, comenzó a sembrar la misma satisfacción entre quienes lograban verla.

Luego de su estreno en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia y a punto de tener funciones en otras salas nacionales como parte de “Lo mejor del 17o FICM en la Ciudad de México“, Parasite no ha dejado de cosechar elogios. Pero, ¿qué es lo que hace a esta cinta surcoreana una obra maestra del cine reciente?


Cine líquido o la necesidad del acontecimiento

Podríamos pensar, si nos dejamos llevar por los titulares de la prensa y por algunos críticos, que este año ha sido excepcional para el cine y la televisión ya que ha estado plagado de grandes producciones y varias obras maestras. Desde Chernobyl hasta Watchmen, no es extraño encontrar que cada semana un canal de streaming estrena “la mejor serie de todos los tiempos”. Lo mismo en cartelera: hemos visto al menos dos “mejores películas del año” en cada género. Los Festivales no han sido la excepción y la minoría que los disfruta se ha jactado en redes sociales de encontrar allí las obras cumbre del año (pienso en las numerosas alabanzas que desató la suiza Bird Island en el marco del Festival de Cine Contemporáneo Black Canvas).

No sólo se trata de retórica publicitaria por parte de las productoras, las distribuidoras y la prensa (que la hay), sino que también las audiencias viven/vivimos cada fin de semana un momento apoteósico en la historia del cine, sea con el mejor debut en comedia de los últimos años Booksmart, o con Joker, la mejor película en la historia del cine de superhéroes. Repito: o es un año excpecional y debemos sentirnos privilegiados; o se trata de algo más.

Pensemos, con Zygmunt Bauman, que se trata de algo más. Cuando el sociólogo polaco lleva su concepto “líquido” al arte, da cuenta de que:

Para recuperar (aunque sea sólo por un momento) su capacidad de excitar, la obra de arte debe ser rescatada de la grisácea cotidianeidad y convertida en un acontecimiento único […]. Para llegar a ser un objeto de deseo, convertirse en una fuente de sensaciones, poder tener, en otras palabras, relevancia para los que viven en la postmoderna sociedad de consumidores, el fenómeno del arte debe manifestarse ahora como acontecimiento.

Si seguimos a Bauman, para sobrevivir la permanente inundación de contenido audiovisual, y seguir teniendo algún tipo de “experiencia” más allá del consumo, las audiencias estamos necesitadas de acontecimientos únicos: obras maestras, mejores películas del año. Sólo que esta necesidad se ha vuelto cada vez más recurrente: imperiosa.

La reacción del público ante Parasite no está exenta de este comportamiento, que oscila entre la mendicidad del que pepena entre la basura y el estado alterado del que vive en éxtasis continuo. Sea o no, la “mejor película” en el cine contemporáneo, en la indstria surcoreana o en el universo más pequeño de la filmografía de su director Bong Joon-ho, no es lo que más importa. No hay que olvidar la sentencia del poeta Vicente Huidobro: “El adjetivo que no da vida, mata”. Y por adjetivos tan elocuentes como el de “obra maestra” ya hay decenas de cadáveres en la historia del cine.


Una cinta, tres momentos

Hay tres momentos nodales en Parasite. El primero es una pálida conversación entre dos amigos, el cual sigue a la celebrada presentación de nuestros personajes centrales: una familia surcoreana que vive literalmente en el submundo de la ciudad, donde incluso los ebrios pueden orinar hacia su ventana y donde el camión fumigador pasa continuamente a combatir las plagas humanas y no humanas. En esa cuidada secuencia, Joon-ho nos presenta a los hijos Ki-woo y Ki-jeong tratando de recuperar la señal del wi-fi de sus vecinos. Es, desde luego, una señal robada.

Luego de ese preludio, vemos al hijo Ki-woo conversar con su amigo Min-hyuk. Este último le aconseja que tome su lugar como tutor de inglés de la hija adolescente de los Park. Recibirá buena paga y le bastará con la recomendación y un título universitario falso para conseguir el empleo. Después de este primer punto de giro que transformará la vida de los personajes, la cinta se embarca en una especie de home invasion que es al mismo tiempo una ácida comedia que un thriller angustioso. La astucia de Ki-woo y del resto de su familia les permitirá adueñarse de cada uno de los puestos del trabajo doméstico: la hermana se convertirá en tutora de pintura del hijo menor de los Park, el padre en chofer y la madre en ama de llaves.

En una de las secuencias climáticas de esta primera parte de Parasite, Bong Joon-ho construye una escena en la que el trepidante montaje a cargo de Yang Jin-mo y la fastuosa música de Jeong Jae-il se alían para dotar a elementos triviales como la ralladura de durazno y una mancha de catsup de una profundidad dramática pocas veces alcanzada en la filmografía de Joon-ho.

El segundo momento climático de esta primera parte no es menos excepcional. Cuando los Park se toman un día de descanso fuera de la ciudad, los Kim deciden pasar toda la tarde en casa de los Park. En medio del carnaval que arman (donde el mundo se pone al revés por un instante y ellos poseen la casa), reciben una inesperada visita.  La antigua ama de llaves ha vuelto para revisar algo que dejó olvidado en la casa. No se trata de una sombrilla o un vestido, sino de su esposo, quien lleva años viviendo en el sótano de la residencia. Las dos familias, identificadas ambas por su condición parasitaria de vivir a expensas de los Park, se enfrentan en el más ácido momento de la cinta en donde la antigua ama de llaves imita al líder supremo de Corea del Norte y donde un celular es tratado por los personajes igual que el detonador de una bomba nuclear.

Bong Joon-ho no consigue llevar más allá su sátira sociopolítica y la remplaza por un drama de secretos que protagonizarán ahora los cuerpos moribundos de los Kim y sus aún mas flagelados contrincantes Moon-gwang y Geun-sae. La comedia, si queda alguna aquí, se torna más negra y violenta (con incómodos momentos de slapsticks), pero el suspense dominará la cinta hasta llegar al último evento nodal de la cinta: la luminosa fiesta del hijo menor de los Park.

Spoiler alert: todo se torna en un baño de sangre, y en el momento mas álgido Joon-ho enfrentará a los patriarcas de las tres familias (todas ya igualmente deshechas) en un combate donde sólo uno sobrevivirá para internarse de nuevo en las sombras. Esta última decisión de Joon-ho conducirá la trama hacia una secuencia final que convierte la cinta ya no en una comedia ácida, ni en un thriller de suspenso, sino en un doloroso drama aspiracional.


Parasite: ¿Más allá del realismo capitalista?

La cinta de Joon-ho, a medida que avanza, se torna mucho más soportable. Las estrategias de la comedia empleadas en la primera parte de Parasite que desestabilizan al espectador y vuelven más aguda su crítica social van desapareciendo. Luego, la trama y la forma se revelan como profundamente reiterativas. Que los pobres viven en la mierda (tanto en México como en Corea del Sur) no es nada que no sepamos. Es cierto: Joon-ho lo representa con una estética embelesadora en aquella inolvidable escena donde del retrete escapa un chorro de excremento y lo único que quieren los hermanos Kim es poder ver el celular.

Que los ricos son despiadados e indiferentes (en México y en Corea del Sur) es también un lugar común. Y la arquitectura de Parasite se regodea en remarcar la obviedad: la casa de los Park está arriba, es siempre retratada en su amplitud, sus decorados ostentosos, y en su asepsia. Los Kim, por el contrario, aparecen en encuadres enjutos, sucios, oscuros y, por si fuera poco, para hacer más explícita su condición, un personaje nos hará saber que huelen mal.

Con la escena final, Joon-ho resuelve el enigma de Parasite de manera que toda postura crítica que podría extraerse de la cinta, en vez de radicalizarse, se esfuma. Ki-woo, en un momento “lalalandesco”, escribe una carta a su padre perdido donde le deja en claro que ya conoce la manera en que lo salvará: estudiará una carrera, conseguirá un buen trabajo, amasará una fortuna y adquirirá la casa donde ha quedado atrapado. Todo esto es, desde luego, un sueño, una aspiración: la única y última con la que la familia puede sobrevivir.

Uno de los más recientes enfantes terribles de la filosofía, Mark Fisher, propuso antes de suicidarse la categoría “realismo capitalista” para referirse a “la idea muy difundida de que el capitalismo no solo es el único sistema económico viable, sino que es imposible incluso imaginarle una alternativa”.

Esta cerrazón de alternativas no es nueva en el cine de Joon-ho. Recordemos Okja donde toda crítica queda inoperante y la compra-venta se convierte en la única manera de rescate del animal. Asimismo, en Parasite Ki-woo se resigna a la inutilidad de todo esfuerzo de lucha contra las desigualdades y se conforma con desear lo que todo el mundo desea: tener éxito económico. El mundo de Parasite es una exacerbación, casi una alegoría, de nuestro propio mundo, donde las desigualdades regulan los espacios, las relaciones y las violencias y donde la catástrofe no puede lograr más que reconsagrar el orden existente.

Parasite es presa de ese realismo capitalista donde el capitalismo es lo único que queda para modelar nuestros deseos, es una película donde las posibilidades oscuras que pueden cambiar la historia son relegadas al ático.

¿Una obra maestra? Quizá una frase de George Steiner sirva más: Parasite es, como muchas otras películas que abandonan el compromiso con la crítica radical para sobrevivir en medio del torrente de imágenes que nos ahoga, una cinta con “un impacto máximo y una obsolescencia instantánea”.

Jexi: Un Celular Sin Filtro | Reseña

Jexi: Un Celular Sin Filtro, es la nueva comedia protagonizada por Adam Devine (Workaholics, Pitch Perfect) que busca hacer una crítica a la dependencia moderna por los smartphones.

Con todos los elementos de una comedia romántica, Devine da vida a Phil, un sujeto que vive frustrado y busca consuelo en Jexi, un nuevo celular inteligente que promete solucionar todos los desperfectos de su vida.

Jexi-Phil

¿Qué tiene de diferente?

Jexi (con la voz de Rose Byrne), resulta tener una personalidad bien definida, lo que provoca que la línea entre aparato y amo se quiebre rápidamente con Phil. Su relación codependiente y celosa, recuerda mucho al éxito de Ella (Her, 2013), en donde Joaquin Phoenix y Scarlett Johansson construyen una relación exactamente igual.

Sin embargo, las intenciones de los directores Jon Lucas y Scott Moore, conocidos por escribir las historias de ¿Qué Pasó Ayer? 1 y 2, son muy diferentes. Jexi no busca explorar la relación que tenemos con la tecnología ni las implicaciones de hacer máquinas cada vez más humanas, de cierta forma, lo que buscan es invitarnos a dejarla de lado.

Si bien el inicio de la cinta muestra la ciudad de Nueva York completamente consumida por el internet y los dispositivos electrónicos, una vez que Jexi entra a la vida de Phil, es claro lo sencillo que puede ser deshacerse de la tecnología y utilizarla con moderación.

Eso se vuelve todavía más palpable cuando Phil conoce a Cate (Alexandra Shipp), su interés romántico que desde el primer minuto en el que aparece en pantalla, Jexi desaparece y el propósito de la cinta también cambia: ya no importa el dominio de la tecnología sobre todo tipo de interacciones, ahora Phil debe entender cómo vivir su mejor vida.

Jexi-Michael Peña

Una Comedia Inconsistente…

Este vaivén de temas e historias hacen que la película se sienta inconsistente, especialmente en los momentos en los que Jexi regresa y complica la vida de Phil. La personalidad del teléfono, si bien es graciosa, no empata con el desarrollo y los objetivos de su protagonista.

Quizá eso pasa porque la película está ambientada en nuestra época, lo que limita la injerencia de los dispositivos electrónicos en la vida diaria de Phil. Al final, Jexi es más como una versión grosera de Alexa o Siri, pero más allá de la amenaza que hace al principio de la película, realmente no hay una razón de peso que haga que Phil cambie o repiense su relación con la tecnología.

Jexi puede vaciar sus cuentas bancarias, puede aparecer en anuncios, en la televisión o la radio, pero basta un simple toque que active su actualización, se apague y Phil quede libre para hacer y pensar lo que quiera.

La falta de problemas y soluciones orgánicos dentro de Jexi hace que se sienta lenta y pesada. Además, los montajes de fiestas, paseos en bicicleta y citas románticas, a momentos se sienten largos y cansados, ya que tampoco tienen un mayor propósito salvo que veamos que es posible pasar buenos momentos sin la necesidad de teléfonos y tecnología.

Jexi

…Pero Divertida

Aún así, el talento y carisma de Adam Devine es suficiente para sacar carcajadas en la sala de cine. Y la representación de nuestro día a día con los teléfonos, como mandar fotos comprometedoras y las consecuencias de tener todo conectado en la nube con una misma contraseña, resultan bastante entretenidos.

El mayor valor de Jexi, sin duda, es que triunfa en hacer sentir bien a la audiencia. La búsqueda de Phil por vivir una vida más feliz y plena, hacen de los momentos con Cate sinceros y emotivos, que deja con un buen sabor de boca agradable.

Al Final…

Jexi es una comedia sencilla y poco ambiciosa, cuyo único objetivo es generar risas ligeras, pero tiene momentos sinceros y emotivos que la vuelven una gran opción para pasar un día relajado en el cine.


Y a ustedes, Cinéfilos, ¿Qué les pareció Jexi? ¡Comenten sus opiniones!

¿Por qué Amamos el cliché navideño?

¡Llega navidad¡ cargando con su consumismo, sensibilización, una que otra golosina y, por supuesto, el eterno cliché navideño en las películas de temporada.

Milagro en la calle 34, Home Alone y hasta El Grinch, son cintas con enfoques narrativos diferentes. Un niño olvidado en casa por una familia desorganizada y disfuncional, una niña que desea un padre para navidad, una criatura amargada que odia a la humanidad. ¿Qué tienen en común? Personajes cuyas vidas se transforman milagrosamente gracias al espíritu navideño.

Pero la verdadera pregunta es ¿Qué hace que las películas navideñas sean tan vistas a pesar de su fórmula repetitiva? ¿Cuál es el poder del cliché navideño?

Cine NAvideño- Home Alone

Consumir emociones

La época navideña es declarada tiempo de reflexión y unión. Inicialmente por la cultura cristiana, y ahora también por la mercadotecnia y la publicidad.

Se consumen películas, adornos, música, pavo. Pero lo que más se consume es la idea de la felicidad.

Recuerda un poco a lo que William Davies menciona en su libro La industria de la Felicidad, que describe un mundo que capitaliza los sentimientos, donde el gobierno, los medios de comunicación y las grandes empresas venden la idea de una felicidad irreal.

Representan un estado perpetuo de alegría al que se debe aspirar, pero la única manera de hacerlo es consumiendo. Así, nos invitan a probar actividades que nos prometen alcanzar esta felicidad, como el couching, o bien, normalizan la automedicación con el propósito de mantenernos productivos y contentos.

Trasladándolo al contexto de la época navideña, la imagen de una cena espléndida, adornos y regalos, tienen la intención de mostrarnos el camino hacia un falso bienestar, uno fugaz que no tiene como objetivo la plenitud y la salud permanente, sino sacarnos temporalmente de un estado de depresión o apatía para que volvamos a ser productivos.

Navideño- Happy Industry

Aquí, es necesario mencionar a la figura más grande de la navidad: Santa Claus. Aunque la figura de San Nicolás es antigua, se sabe que la compañía refresquera Coca-Cola lo usó por primera vez como publicidad y lo redefinió marcando a toda una generación: Se le dio un carácter más amable, lo institucionalizó con el color rojo,  aumentó su peso corporal, dando un personaje con apariencia bonachona.

En pocas palabras, se puede decir que la publicidad ha creado un personaje: la misma navidad, que carga sobre sus hombros la misma idea falsa de felicidad que Davies mencionaba. La idea de la familia reunida a la mesa con gloriosas cantidades de comida, los niños jugando bajo el árbol, la idea de que un espíritu navideño llegará a resolver nuestros problemas y por supuesto, un hombre gordo y barbón que carga con elementos más que significativos de lo que parece; todo al mismo tiempo.

Y esta imagen se explota mucho más en el cine navideño.

 

Cliché Navideño - Grinch

El Cliché del Cine Navideño

Por ejemplo, ¡Qué bello es Vivir! (1946), abunda en  el truncamiento de los sueños a causa del capitalismo y de cómo al final, lo único que termina importando en la vida de un hombre al borde del suicidio es la bondad y la unión entre sus seres queridos.

Mi Pobre Angelito (Home Alone, 1990), cuyo final también implica redención por parte de Kevin, un niño travieso en busca de atención que fue olvidado por su familia en casa durante vísperas de navidad; encontramos también el perdón familiar y el amor en una familia disfuncional.

No puedo omitir mencionar El regalo prometido (1996), que narra la historia de dos padres que luchan por encontrar el obsequio predilecto de sus niños, la cinta muestra un claro panorama de la dependencia emocional con el consumismo, convirtiéndola en la más grande expresión de amor durante casi toda la película y rematando con un final donde al pequeño no parece importarle el regalo.

El Expreso Polar (2004), que relaciona toda la festividad con el cambio y  la rápida resolución de problemas emocionales en un montón niños que viajan en un tren hacia el polo norte para conocer a Santa, o Santa Clausula (1994), donde un padre sustituye a Santa para salvar la navidad de su hijo. Todas estas cintas ofrecen un panorama de redención, unión y renovación gracias al poder del espíritu navideño.

Cliché Navideño- El Regalo Prometido

¿Y los otros clichés?

La navidad no es el único cliché en la narrativa, tenemos cintas de acción, amor, terror etc, que tienden a repetir las mismas fórmulas en sus películas. El mismo Disney ha pasado por distintas etapas en el enfoque de sus historias y el ciclo siempre es el mismo: una fórmula tiene éxito y se repite hasta que el consumidor se cansa, alguien intenta con una estrategia diferente y el ciclo vuelve a comenzar.

Las películas de amor caen cómodamente en el 14 de febrero, y Halloween usa el género del horror. Entonces, ¿a qué se debe el poder del cliché navideño? Hay dos posibles explicaciones: primero, las cintas de navidad usan elementos francamente generales. Construye la ya mencionada utopía e idealiza la felicidad, utiliza elementos culturales, como los valores familiares, los lazos de amistad, los recuerdos de la infancia, etc.

Y segundo: las cintas de romance y terror están ligadas a un género y no a una festividad, el horror y el amor son sentimientos universales que no necesariamente deben ser contextualizados en un día especial, cosa que no sucede con las películas navideñas.

Home Alone no impacta de la misma forma en diciembre que en febrero, en cambio ver El Conjuro (2013) o Diario de una Pasión (2004) se adapta perfectamente a cualquier época, lugar e incluso o contexto. En otras festividades, la estructura de los clichés es más flexible, parodiable, puede usar elementos provenientes de distintas culturas para dar otros enfoques.

 La estructura de las películas navideñas sólo pueden tomar elementos de la propia festividad.

Klaus: reinventando el cliché navideño

Si bien los clichés navideños siguen siendo muy populares, el problema de repetir una fórmula es que las historias se vuelven predecibles y empiezan a perder identidad. Por eso, cuando aparecen películas diferentes el mundo pierde la cabeza, y aquí, es importante hablar de uno de los aciertos de la animación más grandes de los últimos años: Klaus

Cliché Navideño- Klaus

La nueva cinta de Netflix, dirigida por el español Sergio Pablos ha dado mucho de qué hablar, tanto por su técnica de animación como por su original historia. Klaus no es una película navideña en el sentido estricto, sin embargo utiliza los mismos elementos: el cambio, el milagro y la unión de las personas.

La diferencia reside en que el espíritu navideño no proviene de un elemento milagroso, ni de un Santa Claus mágico, un duende o un deseo de navidad. En este caso el milagro proviene del trabajo. Ver más allá de los paradigmas y actuar diferente dará frutos diferentes. Klaus es una película no-navideña, más navideña que la mayoría. Te dejamos el tráiler:

Aunque es un acto puro de mercadotecnia, la navidad también puede llegar a ser terapéutica por los valores que refuerza, pero es importante hacer conciencia: ¿qué es realmente la felicidad y qué podemos hacer para no caer en un estado de persecución eterna de la misma?


¡Fuera de Foco les desea  a todos una cinéfila Feliz Navidad!

2010-2019: La Ciencia Ficción que marcó la década

Durante la década de 2010 a 2019, la ciencia ficción dio un giro introspectivo. Las películas de misiones espaciales (despojadas ya de la urgencia heroica-espectacular-masculina de salvar al mundo) se convirtieron en pretextos para la reflexión sobre la soledad, la memoria y la dura batalla por sobrevivir a las debilidades de uno mismo. Esto contrarrestó el carácter anticipatorio y especulatorio del subgénero, permitiendo incluso que películas, estrictamente de ciencia ficción, situadas en el futuro como Ad Astra (James Gray, 2019), lucieran como sinónimos de películas situadas en el presente (Gravity, Alfonso Cuarón, 2013) y aún en el pasado (First Man, Damien Chazelle, 2018).

Una de las cintas que encarnó este momento de transición del viaje al exterior hacia el viaje al interior y que acudió todavía a la rimbombancia de los efectos especiales fue El origen (Christopher Nolan, 2010), donde los avances tecnológicos son utilizados para invadir no un planeta exterior, sino la mente de las personas. El mismo Nolan emplearía en Interestelar una inversión parecida: la clave de la historia tecnocientífica de la humanidad no está en los hoyos negros (aunque haya que ir allá a descubrirlo) sino escondida en la habitación de una casa y, más cerca, en un reloj de muñeca. De hecho, subgéneros como el (post)apocalíptico, pilares de la ciencia ficción décadas atrás, sólo resultaron eficaces desde la parodia (Tonight and the people, Neil Beolufa, 2013) y desde la comedia (The world’s end, Edgar wright, 2013).

Otro subgénero que adquirió resonancias intimistas fue el de la invasión alienígena. En Midnight special (Jeff Nichols, 2016) un padre debe proteger a su hijo del mal uso que el gobierno y otros grupos quieren hacer de sus misteriosas y extraterrestres habilidades. En La llegada (Denis Villeneuve, 2016) vemos cómo la misión de los extraterrestres está lejos de ser la destrucción de la especie humana, al contrario, vienen a enseñarnos cómo solucionar nuestros conflictos políticos y familiares. De forma similar, en La región salvaje (Amat Escalante, 2016) el extraterrestre que aterriza en Guanajuato tiene la misión de proveer un placer máximo a los humanos y animales que se le acercan. Estas exploraciones del amor y del erotismo a través de la otredad alienígena encontrarán expresada su forma disfórica en Under the skin.

Esta década también estuvo marcada por la continuación y el reboot de sagas. Desde la épica Star Wars (2015-2019), pasando por el reinicio del universo de El planeta de los simios (2011, 2014, 2017), hasta llegar al reciclaje de una franquicia como Terminator (2009, 2015, 2019). Incluso en esta oleada de nostalgia y explotación de la taquilla, la mítica cinta Blade Runner (Ridley Scott, 1982) intentó, no con mucho éxito, revitalizar su universo en Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve, 2017). El epígono de esta oleada construida sobre un sentimiento de añoranza y un frenesí pop será la adaptación de la exitosa novela de Ernest Cline (2011), Ready Player One llevada a la pantalla por Steven Spielberg (2018).

Si las secuelas y precuelas mantuvieron vivas, cual zombies, algunas franquicias, la incursión de las mujeres dio nuevos aires a la ciencia ficción poniendo en el centro temas como la maternidad y el deseo, muy poco explorados en las cintas hechas por hombres. Evolución (Lucille Hadzihalilovic, 2015) y High life (Claire Denis, 2018) fueron sin duda dos de las grandes sorpresas de la década.

De igual forma, la animación brindó grandes películas de ciencia ficción: El congreso (Ari Folman, 2013), que imagina cómo será el cine en un mundo donde el consumo y el placer de una película son reducidos al mínimo biológico (el impulso electromagnético y bioquímico); World of tomorrow (Don Herzfeldt, 2015) que especula con una escasez de trazos sorprendentemente expresiva sobre el desierto del futuro; y Abril y el mundo extraordinario (Christian Desmares, Franck Ekinci, 2015), que recupera un subgénero que parecía perdido: el steampunk. Cintas japonesas como El niño y la bestia (Mamoru Hosoda, 2015) o Your name (Makoto Shinkai, 2016) también introdujeron temas propios al género con una potente originalidad.

Sirva este preámbulo no sólo para esbozar un diagnóstico del género en esta década, sino tambíen para mencionar cintas que pudieron haber aparecido en este top.Y, sin más, aquí te dejamos nuestra lista de las 10 mejores películas de ciencia ficción de la década.


10. Her (Spike Jonze, 2013)

Joaquin Phoenix interpreta a Theodore, un hombre que se dedica a escribir cartas por encargo. Situada en un futuro inminente, Theodore decide comprar un nuevo software que promete ser la compañía que necesita. Así conocerá a Samantha (Scarlett Johansson), una inteligencia artificial con quien entablará una relación profunda que acabará por sobrepasarlo a él mismo y lo arrojará a una soledad más agonizante.

Dirigida por Spike Jonze, Her consiguió contar una conmovedora y patética historia de amor y separación entre un humano y un no-humano, a la vez que lanzó una reflexión sin cortapisa sobre las nuevas formas de tristeza que hoy, en medio de un mundo hiperconectado, nos habitan.


9. Monsters (Gareth Edwards, 2010)

En un futuro no muy distante, la NASA envió una sonda al Sistema Solar en busca de vida extraterrestre. El experimento fue exitoso, pero la nave aterriza sin querer en México, donde las criaturas comienzan a invadir la parte norte hasta formar un territorio aparentemente hostil que debe ser contenido por fuerzas militares estadounidenses y mexicanas.

Esa es la premisa con la que Gareth Edwards, mejor conocido por su trabajo en Rogue One: A Star Wars Story, crea una historia que ejemplifica la complicada relación de la frontera México-Estados Unidos y los prejuicios hacia los inmigrantes ilegales. Monsters se lanzó en 2010, pero el tiempo ha hecho que su mensaje y su visión cobre más relevancia que nunca.

Ciencia Ficción de la Década - Monsters


8. High life (Claire Denis, 2018)

Fluidos, golpes, masturbaciones, sexo, cuerpos desnudos, cuerpos rotos, cuerpos fugitivos; todos estos elementos son puestos en High life dentro de una nave espacial. Haciendo estallar los motivos más comunes de la Ciencia Ficción hecha por hombres, Denis pone en el centro a la maternidad y al deseo feminino, lo que inevitablemente la lleva a hablar sobre su contraparte: el deseo masculino, la paternidad.

Llena de símbolos, algunos más efectivos que otros, la cinta de Denis borda el hermetismo lo mismo que sus personajes bordan la curvatura de un hoyo negro. ¿Alguna lección en este viaje? Que los monstruos, dentro de la Tierra y fuera de ella, siempre hemos sido nosotros.


7. Cloud Atlas (Tom Tykwer y Hermanas Wachowski, 2012)

La carrera de las Hermanas Wachowski se ha caracterizado por explorar los límites de la ciencia, la teología, la sexualidad, los mitos y su relación con el ser humano, y, para bien o para mal, han decido explorar de una manera cada vez más personal, explotando al máximo los conceptos que brinda la ciencia ficción.

Atrás quedó la épica, aunque lineal, historia del elegido en Matrix (1999), y en 2012, decidieron crear un ambicioso proyecto, que ponía en perspectiva la manera en la que nosotros, como individuos, afectábamos el universo, no sólo a través de las personas que conocemos, sino a través del tiempo y el espacio.

Cloud Atlas, en un inicio, tuvo una recepción mixta entre la crítica especializada, pero el despliegue visual que utilizaron para tejer una historia que presenta complejas relaciones que se entremezclan y prueban que, de alguna manera, nuestra esencia nunca se va, fue suficiente para convertirla en una de las películas más discutidas de la década.

Ciencia Ficción de la Década- Cloud Atlas

 


6. Upstream Color (Shane Carrut, 2013)

Shane Carrut es conocido por sus películas de baja producción pero potente historia. Y Upstream Color, una película sobre dos personas que fueron sometidas a un experimento sin saberlo, muestra el potencial que tiene la ciencia ficción para contar historias distintas.

A través de una historia que se va construyendo con base en los pedazos inconexos que tienen los protagonistas, descubren que fueron invadidos por parásitos que, para sobrevivir, deben hospedarse en el cuerpo de un humano, luego de un puerco y finalmente de una orquídea. La historia enfatiza la necesidad de conexión en un mundo cada vez más aislado, y sobre todo, que en una época tan compleja, nuestra mejor opción para sobrevivir es aceptar que la naturaleza y los humanos, siguen conectados.

Ciencia Ficción de la Década


5. Melancolía (Lars Von Trier, 2011)

El polémico cineasta Lars Von Trier incursiona en el género de ciencia ficción para contarnos una historia sobre un planeta llamado Melancolía que está por chocar con la Tierra. Mientras tanto, veremos a Justine (Kirsten Dunst) celebrar una fastuosa ceremonia nupcial que se convertirá en el preludio de una semana catastrófica.

Melancolía nos presenta las tesis misántropas de Von Trier con exactitud profética y estética: todo momento de felicidad esconde en sí mismo la desgracia. No hay posibilidad de escapar al aciago destino que le espera a los corazones y a los cuerpos humanos. Sin embargo, la destrucción encierra un grado insoportable de belleza.

Ciencia Ficción de la Década- Melancolía

 


4. Annihilation (Alex Garland, 2018)

Annihilation causó conmoción cuando fue estrenada. No tanto por su reparto estelar conformado por Natalie Portman, Oscar Isaac Tessa Thompson, tampoco por su historia sobre un grupo de científicos que se enfrentan a los peligros desconocidos de una zona en cuarentena, sino porque su película sólo tuvo un estreno limitado en cines en Estados Unidos y Canadá, mientras que al resto del mundo sólo llegó a través de Netflix

Aún así, Garland, explotando al máximo los recursos que le da la ciencia ficción, logró construir una historia sobre la pérdida, los eventos traumáticos y el cambio. Así, Annihilation se centra en la idea de que el humano nunca puede permanecer estático, y los constantes obstáculos y los eventos fortuitos, nos convierten en personas diametralmente distintas a las que alguna vez fuimos.

Ciencia Ficción de la Década- Annihilation


3. Holy motors (Léos Carax, 2012)

Inclasificable, extraña, hipnótica y desconcertante. En Holy motors el cineasta francés Léos Carax decide contarnos una historia que tiene como protagonista a una empresa de limusinas parlantes. O no. Holy motors también nos cuenta la historia de un hombre (Denis Lavant) que durante todo el día se dedica a interpretar papeles diferentes. El último: cría de una pareja de chimpancés.

Holy motors es, ante todo, un homenaje al cine mismo desde sus propias entrañas: la ilusión. Romance, digitalización, drama, misterio, todo un cóctel de géneros nutren a la que es sin duda una de las cintas más fascinantes de esta década.


2. Mad Max: Fury road (George Miller, 2015)

La trilogía de Mad Max que fue estrenada en los 80 era una saga de culto por sí misma. George Miller había creado un mundo post-apocalíptico llenó de acción con una cultura y estilos diferentes, pero que no se veía tan lejano ni tan imposible. Esa cercanía y la crudeza con la que presentaba sus historias las convirtieron en una de las películas de ciencia ficción más socorridas y parodiadas de todos los tiempos.

Así que, en 2015, cuando se anunció el regreso de Miller con una nueva historia de Mad Max, la gente no tenía idea de qué esperar. Y el resultado fue verdaderamente sorprendente. El director supo adaptarse a la época y explotar todos los recursos que la nueva tecnología nos brinda actualmente para crear un despliegue de explosiones, atmósferas y coreografías que convirtieron a Fury Road en una excelente película de acción.

Y además, logró crear personajes que, aunque sencillos, representan gran parte de la ansiedad que el cambio climático y la búsqueda por un mundo más equitativo provocan en nuestros tiempos, convirtiéndose en una película tanto entretenida como relevante.

Ciencia Ficción de la Década- Mad Max


1. Under the skin (Jonathan Glazer, 2013)

Una mujer “levanta” hombres para llevarlos a una casa abandonada. Allí los conduce a una extraña habitación oscura que parece estar en ninguna parte y los desaparece. Esa mujer (Scarlett Johansson) hará la misma operación una y otra vez hasta que sea atacada por un leñador, quien no sólo la violará sino que acabará quemando su cuerpo.

Metáfora de la violencia sexual, Under the skin fue una potente sacudida a un género regodeado en retratar heroicamente la aniquilación de los otros y los diferentes: los aliens. Glanzer acierta en colocar cuerpos deformes, comunes, sin maquillajes, en escenarios que oscilan entre las cenizas, el polvo, las astillas y la oscuridad. Johansson consigue una de sus mejores actuaciones no por mostrar una amplia gama de emociones, sino por construir un personaje absolutamente a la deriva que descubre el cuerpo otro y su propio cuerpo con un azoro inusitado en el género.


Cinéfilas y cinéfilos, ¿están de acuerdo con el top?
¿cuál creen que sea la mejor película de ciencia ficción de la década 2010-2019?

Harry Potter y La Amenaza de JK Rowling

JK Rowling, la afamada escritora que pasó a la historia por crear el mundo mágico de Harry Potter, fue objeto de burlas y críticas en redes sociales por un comentario que realizó a través de Twitter, donde apoyó abiertamente a Maya Forstater, una analista que perdió su trabajo por cuestionar una reforma a la ley estadounidense que planea dejar que las personas declaren el género con el que se identifican, dando la oportunidad a personas transgénero de tener una carta de identidad oficial que las reconozca como tal.

Esta no es la primera vez que Rowling se enfrenta al escrutinio público. En 2017, también fue fuertemente criticada por apoyar que Johnny Depp diera vida a Grindelwald, el villano principal de la secuela de Animales Fantásticos (Fantastic Beasts, 2018), luego de que Amber Heard, exesposa del actor, lo acusara de violencia doméstica.

La razón por la que las opiniones de la autora generan tanta polémica, es que los fans más fervientes de Harry Potter han creado un culto también alrededor de la figura de Rowling, y cada que ella se ve envuelta en este tipo de controversias, no pueden evitar sentir que su relación con todo el mundo mágico se está dañando.

¿Exactamente cómo debemos relacionarnos con los autores de nuestras historias favoritas? ¿Debemos obviar toda la personalidad de su creador? ¿O debemos criticarlas con el mismo rigor con el que criticamos a sus autores?

JK Rowling

La Muerte del Autor

Esa dicotomía no es nueva. En 1967, el crítico Roland Barthes publicó su ensayo “La Muerte del Autor”, en donde argumentaba contundentemente que la gente debe odiar o disfrutar una obra por la obra en sí misma, ignorando cualquier intención o contexto perteneciente a su autor.

Esa idea es complicada y conflictiva, pues ignorar las intenciones y lo que inspiró a un autor a crear algo en primer lugar es despojarlo de uno de sus componentes clave. Sin embargo, no se puede negar que todas las obras de arte tienen vida, y se desarrollan de manera diferente a través del tiempo, el lugar y la población con que se mire.

Rudyard Kipling, por ejemplo, escribió largo y tendido acerca de la superioridad anglosajona y su lugar privilegiado entre otras razas. Pero, Disney decidió revivir El Libro de la Selva y diluir sus mensajes para entregar una historia sencilla que divirtiera a los niños. En estas épocas, Netflix hizo su propia versión haciendo hincapié en la barbarie del hombre contra la naturaleza.

¿Importan los comentarios y las ideas de Kipling? Quizá como corolario, para entender mejor su figura y de dónde nació su contenido, así como las creencias y lo que consideraban aceptable en su época, pero el tiempo se ha encargado de ir transformando el significado y la intención de sus historias.

Lo mismo pasó con el escritor H.P. Lovecraft, conocido por ser un personaje racista y abiertamente antisemita, que gustaba de incluir lenguaje vulgar y duros insultos hacia la comunidad negra y judía en sus textos. Sin embargo, Cthulhu ahora es uno de los monstruos más afamados de la cultura pop, visto como un ente que representa lo más puro del terror cósmico.

El poder mutable del arte es tan grande, que un grupo de gente bien organizado puede tergiversarlo para enviar los mensajes que más le conviene. Así lo hizo Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, quien dijo que el libro El Guardián entre el Centeno lo inspiró a cometer el asesinato. Y también está el ejemplo de Charles Manson, quien se inspiró en la canción de los Beatles, Helter Skelter, para crear las bases de su secta.

A simple vista, se podría decir que sí, la intención y la biografía de un autor puede ser importante para entender mejor el arte que se realiza en una época determinada. Incluso, muchas veces se utilizarán sus visiones del mundo y sus posturas políticas para legitimar acciones o creencias entre sus fans, las cuales pueden llegar a ser peligrosas.

Pero el valor de la obra por sí misma cambiará dependiendo de las nuevas lecturas o los nuevos significados que adquieran con el tiempo. Y eso es algo que no puede controlar nadie, ni siquiera los mismos autores.

JK Rowling cambió por completo eso.

JK Rowling: Harry Potter

O Mueres siendo un Héroe…

El apogeo de J.K Rowling y Harry Potter llegó justamente cuando el internet estaba revolucionando al mundo. Por primera vez en la historia de los fandoms de historias épicas, personas de todo el mundo podían intercambiar opiniones, teorías, dibujos e historias alternas que alimentaran su pasión por la odisea del niño que vivió. Y eso, en un momento, le encantó a Rowling.

Rowling no sólo apoyó a sus fans cuando ejecutivos de Warner se dieron a la tarea de demandar y tirar los sitios que construían en internet, ella continuamente hablaba con ellos y respondía preguntas sobre los más mínimos detalles de su historia. Incluso, después de acabada la saga, creó Pottermore, un sitio que servía para que los fans se sintieran más cercanos a la historia y ella, de manera oficial, siguiera expandiendo su mundo mágico.

Hasta ahí, parecía que Rowling estaba cambiando por completo la manera en la que los fans se relacionaban con las historias y con sus creadores. Aparentemente, había abierto la puerta a que sus seguidores retroalimentaran su proceso creativo, y ella se mostraba muy receptiva tanto a críticas y quejas, como a las ideas e inspiraciones que Harry Potter provocaba.

Pero, con el tiempo, Rowling demostró que seguir en el reflector le era mucho más importante que contar una buena historia.

JK Rowling: Los Fans

…O Vives lo Suficiente para Convertirte en Villano

La primer gran controversia llegó cuando Rowling aseguró, en una conferencia de prensa, que Dumbledore era gay. Uno de los personajes más queridos representaba a uno de los grupos más vulnerables, ¡y eso era genial! Pero había un pequeño problema: no había ninguna insinuación de esto dentro de la historia original.

Y la cosa se puso peor: en Fantastic Beasts, a pesar de ser supervisora y co-escritora, tampoco se ha atrevido a introducir abiertamente la preferencia sexual de Dumbledore dentro del canon oficial.

¿Cuál era el objetivo de mencionar eso y no incluirlo por ningún lado en la historia original? Se sentía como algo que quería hacer para consolar a ciertos grupos de fans, y que lo hacía solamente para que ella se mantuviera relevante.

Lo mismo pasó cuando Rowling aseguró que nunca había descrito claramente el color de piel de Hermione Granger. Esto causó conmoción no tanto por la intención de la autora en defender que una actriz afrodescendiente interpretara al personaje en la obra de teatro The Cursed Child, sino porque sí lo había mencionado dentro de los libros, y los fans se lo hicieron ver.

La desilusión siguió cuando mencionó que la licantropía dentro del mundo de Harry Potter era una metáfora al VIH. Pero al parecer, también olvidó que, de los únicos dos Hombres Lobo que se dan a conocer dentro de su mundo, uno es descrito por ser vil y cruel, con el único objetivo de infectar a otras personas con su condición.

Rowling desdibujó la línea entre la autoridad autoral y las fantasías de sus fans, quitó las barreras del determinismo del canon. Harry Potter era algo vivo, que podía cambiar con el tiempo y adaptarse a nuevas exigencias o nuevos retos, y que podía seguir inspirando a muchas generaciones.

Pero Rowling no hizo esto porque estuviera preocupada por enriquecer su historia.

JK Rowling: The Cursed Child

Harry Potter no se salva

De repente, críticos y fans encontraban cada vez más mensajes conflictivos, contradictorios y hasta discriminatorios dentro de Harry Potter. Pero eso era porque los mismos comentarios de Rowling abrían esa controversia.

Rowling obligó a los fans a que no distinguieran entre el autor y su obra. Si se da cuenta de algún tema saliente que omitió en su tiempo, lo arregla con un tweet o con una declaración, y como ha demostrado que no le importa que eso tenga coherencia con lo que estableció anteriormente dentro del canon, son los fans quienes terminan llenando los espacios, sintiéndose culpables y culpando a la historia cada que Rowling suelta un comentario controversial.

Rowling demuestra que cualquier obra de arte puede cambiar y obtener nuevos significados, pero que el autor importa bastante, y puede tener gran influencia en la manera en la que se piensa o se habla de su contenido. No se puede ignorar por completo a un artista y menos cuando busca tanto el reflector, pero parte de lo que hace rico y diverso al mundo es la posibilidad de conocer y pensar obras de arte creadas con completa libertad, y sujetas al escrutinio público.

Quizá no se pueda ignorar por completo al artista, pero el arte debe vivir, debe criticarse, debe cambiar. Y, sobre todo, debe disfrutarse.


¿Ustedes qué piensan, Cinéfilas y Cinéfilos? ¿Debe criticarse toda obra por un autor? ¿O debe vivir aparte? ¡Déjenos sus Comentarios!

10 películas musicales imperdibles

Estamos a unos días del estreno de Cats uno de los musicales más exitosos de todos los tiempos que ahora se ha adaptado para la pantalla grande por primera vez. Con un elenco extraordinario de Hollywood y estrellas de la música involucradas, desde Jennifer Hudson hasta Taylor Swift, y la particular adaptación de los gatos humanos CGI, ciertamente despertó mucho interés en redes sociales. 

Hay muchas opciones de películas y programas de televisión, pero a veces sólo quieres algo con lo que puedas cantar. En esos momentos, un musical es una opción fantástica, y hay más y más de ellos todos los días. Ya sea que quieras algo nuevo o un viejo clásico, hay muchas opciones.

Estamos aquí para enumerar algunas de las mejores películas musicales que hay para ti. 


Los Miserables

Para aquellos que aman una historia triste, ésta es una gran elección. En la Francia del siglo XIX, cuando Jean Valjean (Hugh Jackman) es liberado de prisión después de cumplir 19 años por robar una barra de pan, rompe la libertad condicional para crear una nueva vida, pero tiene que evadir al inspector Javert (Russell Crowe) quien está decidido a llevarlo ante la justicia.

Valjean crea una nueva identidad y vida como un rico propietario de fábrica y  alcalde. Fantine (Anne Hathaway), una de las mujeres que trabaja para él, es una madre soltera que envía todo su dinero a las personas que cuidan a su pequeña hija, Cosette (Amanda Seyfried). Cuando los otros trabajadores descubren que tiene un hijo ilegítimo, le exigen su despido.

Es arrestada pero Valjean interviene y la lleva a un hospital, maltratada y desnutrida. Fantine está en su lecho de muerte, pero Valjean promete encontrar a Cosette y cuidarla.

 


Chicago

Cuando quieres algo realmente entretenido, Chicago es una opción fantástica. Cuenta la historia de Velma Kelley (Zeta-Jones), ella es el centro de atención de Chicago, hasta que le dispara a su marido, y la policía la investiga, Velma contrata al abogado más hábil de Chicago, Billy Flynn (Gere), y es el caso de asesinato más notorio de la ciudad, lo que aumenta su celebridad.

Roxie Hart (Renne Zellweger), seducida por la aventura de la ciudad, sueña con cantar y bailar para llegar al estrellato. Cuando su amante abusivo trata de abandonarla, ella también termina en prisión. Billy reconoce una historia hecha para los tabloides y pospone la fecha de la corte de Velma para asumir el caso de Roxie. La infamia es el boleto de Roxie al estrellato. Billy convierte su crimen pasional en titulares de celebridades para volverla famosa.

Basado tanto en el exitoso musical de Broadway y en la obra de Maurine Dallas Watkins.

 


Moulin Rouge

Si hay algo por lo que vale la pena cantar y bailar, es el amor verdadero. En esta película, Christian (Ewan McGregor), un joven escritor con un don mágico para la poesía, desafía a su padre burgués mudándose al submundo bohemio de Montmartre, París.

Es atrapado por el artista Toulouse-Lautrec, cuyos duros centros de fiesta rodean el Moulin Rouge, un mundo de sexo, drogas, electricidad y el impactante Can-Can. Christian cae en una apasionada pero finalmente condenada historia de amor con Satine (Nicole Kidman), el “Diamante Brillante”, la cortesana más bella de París y estrella del Moulin Rouge.

 


The Rocky Horror Picture Show

Esta es una comedia / musical con un toque retorcido.  La película comienza inocentemente: una pareja se compromete en la boda de un amigo y se pincha una llanta en medio de la noche mientras llueve. Van a un castillo para tratar de usar el teléfono. Pero no saben que el castillo es propiedad del Dr. Frank N. Furter, un científico travesti transexual loco que recientemente creó una criatura que usará por razones personales. A medida que avanza la noche, la pareja supera la conmoción inicial del Dr. Frank y su grupo de extraños inspectores y comienzan a relajarse.

 


Vaselina

Este es un clásico con el que realmente no puedes equivocarte. Después de conocerse durante las vacaciones de verano, Danny (John Travolta) y Sandy (Olivia Newton-John) esperaban estar separados por la distancia y el regreso del año escolar. Sin embargo, cuando Sandy es transferida a la escuela de Danny, ella se da cuenta de cuál es su verdadera reputación. Los grupos de amigos chocan en esta película, las canciones y bailes se volvieron icónicos convirtiéndose en  la película musical más exitosa de todos los tiempos.  

 


Dancer In The Dark

Una historia que te conmoverá hasta las lágrimas es Dancer in the Dark del director Lars von Trier. Cuenta la historia de  Selma (Björk) que decide emigrar con su hijo a América desde Europa en 1964. Después de llegar, trabaja día y noche en una fábrica para salvar a su hijo de una enfermedad que padece y que inevitablemente la dejará ciega. Ella necesita suficiente dinero para proporcionarle una operación, pero cuando un vecino desesperado la acusa falsamente de robar sus ahorros, su esperanza para el futuro se desploma. La película fue premiada en el festival de Cannes y ganó popularidad por ser la primera vez que veíamos a la cantante Björk en un musical. 

 


West Side Story

Esta brillante película establece la historia eterna de Romeo y Julieta en un contexto de guerra de pandillas en la década de 1950 en Nueva York.

Cuenta la historia de amor que está destinada a la tragedia en medio de la cruel rivalidad de dos pandillas callejeras, los Jets y los Tiburones. Cuando el miembro de los Jets, Tony (Richard Beymer) se enamora de María (Natalie Wood), la hermana del líder de los Tiburones, es más de lo que estas dos bandas en guerra pueden manejar. Y a medida que aumentan las tensiones, se produce una batalla a muerte y se derrama sangre inocente en un final desgarrador. El odio y el amor chocan cuando ninguna de las pandillas está dispuesta a convocar una tregua por amor.

 


La La Land

Mia (Emma Stone), una aspirante a actriz que trabaja en una cafetería en un concurrido estudio de Hollywood entre audiciones, sigue tropezando con el descontento Sebastian ( Ryan Gosling ), un músico de jazz dedicado, pero terco que sueña con abrir su propio club de jazz. Los dos finalmente se juntan y Mia incluso comienza a amar el jazz, pero también comienza a perder la fe en sí misma cuando otra audición sale mal. Sebastian cree en ella y la convence de darle una última oportunidad, pero siente que se está vendiendo cuando se une a una banda popular como teclista en un esfuerzo por ganar dinero para los dos. Sus luchas y diferencias crean una brecha entre ellos.

 


The Greatest Showman

Cuando la empresa para la que trabaja PT Barnum (Hugh Jackman) se declara en bancarrota, pierde su trabajo y tiene dificultades para mantener a su amada esposa Charity (Michelle Williams) y sus dos hijas pequeñas. Desanimado por cómo ha resultado su vida, se las arregla para cambiar las cosas cuando tiene una idea.

Después de obtener un préstamo del banco, Barnum reúne objetos para comenzar un museo. Cuando eso no atrae audiencias, reúne a personas únicas y talentosas para crear un espectáculo como nunca antes se había visto.  Sin embargo, cuando conoce a la cantante Jenny Lind (Rebecca Ferguson), y la contrata para actuar en Estados Unidos, las cosas comienzan a desmoronarse. 

 


Dreamgirls

Ambientada en la turbulenta década de 1960 y principios de los 70, un trío de mujeres, Effie (Jennifer Hudson), Deena (Beyoncé Knowles) y Lorrell (Anika Noni Rose), forman un grupo de chicas prometedor llamado The Dreamettes. En una competencia de talentos, son descubiertos por un ambicioso gerente llamado Curtis Taylor, Jr. (Jamie Foxx), quien les ofrece la oportunidad de su vida: convertirse en los cantantes de respaldo del líder James “Thunder” Early (Eddie Murphy). Curtis gradualmente toma el control de la apariencia y el sonido de las chicas, y finalmente les da su propia oportunidad como The Dreams.

Sin embargo, ese foco de atención comienza a centrarse en Deena, finalmente empujando a la menos atractiva Effie por completo. Aunque los sueños se convierten en un fenómeno cruzado, pronto se dan cuenta de que el costo de la fama y la fortuna puede ser más alto de lo que jamás hayan imaginado.

 


Cinéfilos y cinéfilas, ¿cuál es su película musical favorita?

Mejores películas LGBTQ de la década

“-¿Hay algo más aburrido que la historia del pasado?

-Quizá un futuro sin historia.” (Carol, Todd Haynes)

Películas LGBTQ han existido desde hace muchos años, concretamente la primera historia fue una película alemana de 1918 titulada Diferente a los demás. Como era de esperarse fue un escándalo, pero sentó un precedente para las futuras generaciones.

El reconocimiento del público y la crítica no han sido fácil ni mucho menos inmediato, hubo un tiempo en que los personajes homosexuales eran tratados en todo de comedia o farsa, fue hasta la década de 1980 con el despunte del VIH/AIDS que el cine empezó a tomar el tema con más seriedad, en particular el cine independiente.

En los últimos años las historias LGBTQ no sólo han sido éxitos comerciales sino que además han dominado las temporadas de premios. Las temáticas homosexuales ya no están limitadas ni a los presupuestos ni a los estereotipos, ya no existen condiciones especiales para su exhibición y han logrado un reconocimiento que permite exigencias mayores a los cineastas.

A continuación mencionamos algunas de las mejores películas LGBTQ de esta década:


TOMBOY (2011)

Director: Céline Sciamma
Elenco: Zoé Héran, Malonn Lévana, Jeanne Disson

Cuenta la historia de Laure, una niña de 10 años que se muda de casa un verano parisino y entra en su nueva vida como un niño llamado Mikäel. Una manera muy pura y honesta sobre la confusión de crecer. Casualmente, también es una de las películas más directas y empáticas que tenemos sobre la identidad de género en este mundo moderno.


LA VIE D’ADÈLE (2013)

Director: Abdellatif Kechiche
Elenco: Léa Seydoux, Adèle Exarchopoulos, Salim Kechiouche

Controvertida, atrevida y muy sexual, narra el encuentro de dos mujeres: una desparpajada chica que le permite a otra descubrir el DESEO, en toda la extensión de la palabra. Su director ganó merecidamente la Palma de Oro del Festival de Cannes.


PRIDE (2014)

Director: Matthew Warchus
Elenco: Bill Nighy, Imelda Staunton, Dominic West, Paddy Considine

Un grupo de activistas homosexuales y lesbianas de Londres recaudan dinero para familias afectadas por la huelga de mineros británicos de 1984, pero todos reciben con beneplácito el apoyo. La película no solo ganó la Palma Queer en el Festival de Cine de Cannes 2014, sino que también fue nominada a tres premios BAFTA, incluida la Mejor Película Británica.


CAROL (2015)

Director: Todd Haynes
Elenco: Rooney Mara, Cate Blanchett, Sarah Paulson, Kyle Chandler

Basada en la maravillosa novela de Patricia Highsmith, esta historia contada en profundas miradas y besos robados es una prueba de un amor prohibido muy adelantado a su tiempo, si tomamos en cuenta que se desarrolla en los años 50 en Estados Unidos.


TANGERINE (2015)

Director: Sean Baker
Stars: Kitana Kiki Rodriguez, Mya Taylor, Karren Karagulian

Realizada con una propuesta visual diferente: ¡con iPhone 5! Cuenta la historia de Sin-Dee y Alexandra, dos trabajadoras sexuales transgénero que se reúnen en la víspera de Navidad, para encontrar a su proxeneta, el novio de Sin-Dee, que la ha estado engañando con otra “chica”. Lo que sigue es una persecución salvaje por Hollywood para hacerle pagar por sus pecados.


MOONLIGHT (2016)

Director: Barry Jenkins
Cast: Trevante Rhodes, André Holland, Janelle Monáe, Ashton Sanders, Jharrel Jerome, Naomie Harris, Mahershala Ali

La historia de un joven negro que crece en la ciudad de Miami en medio de una sociedad completamente masculina y homofóbica, da pie a una obra maestra, es más que una simple película gay: es una extraordinaria lección de vida que le puede ocurrir a cualquiera. No sólo ganó el Oscar como Mejor Película, sino que fue un gran éxito de taquilla y una de las películas más reconocidas por la crítica.


THE HANDMAIDEN (2016)

Director: Park Chan-wook
Elenco: Kim Min-hee, Kim Tae-ri, Ha Jung-woo, Cho Jin-woong

El director eligió la novela galesa histórica Fingersmith (Sarah Waters), la ubicó en Corea ocupada por los japoneses, y le dio un giro, para convertirla en un thriller erótico, sexualmente violento y maravillosamente actuado por sus protagonistas. El resultado una de las mejores películas de arte LGBTQ.


CALL ME BY YOUR NAME (2017)

Director: Luca Guadagnino
Elenco: Armie Hammer, Timothée Chalamet, Michael Stuhlbarg

La crónica del romance entre dos personas del mismo sexo que tiene lugar durante un verano italiano de ensueño, da paso a una maravillosa historia de amor. Una bellísima película, no solo por el entorno en el que se desarrolla, sino además por la delicadeza con la que el director nos presenta un film íntimo, sensual, honesto, emotivo. Ah! Con la divertida música de los años 80 de fondo.


120 BPM – BEATS PER MINUTE (2017)

Director: Robin Campillo
Elenco: Nahuel Pérez Biscayart, Arnaud Valois, Adèle Haenel, Antoine Reinartz

A principios de la década de 1990, varios miembros de ACT UP Paris luchan con furia contra el gobierno y las compañías farmacéuticas, para obligarlos a reconocer las muertes de cientos de miles de personas por VIH/SIDA. Una historia narrada a través de los ojos de dos seres humanos, uno Positivo y el otro Negativo, a un ritmo que da título a esta película. Ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes.


LOVE, SIMON (2018)

Director: Greg Berlanti
Elenco: Nick Robinson, Jennifer Garner, Josh Duhamel

La adaptación a la pantalla grande de la novela queer de culto en los adolescentes, marcó además el precedente de ser la más cara película en la historia de la cinematografía LGBTQ. Un adolescente gay que no se atreve a salir del closet, arriesga su tranquilidad cuando comparte sus secretos con otro chico, que vive en similares circunstancias. Lo que no se puede negar es el encanto de sus personajes y la gran aceptación que recibió.


Mención especial para UNA MUJER FANTASTICA, que le dio a Daniela Vega, actriz, y Sebastian Lelio, director, la oportunidad de contar la vida de una muer transgénero cuya vida se desenvuelve en Santiago, Chile. Los llevó de la mano a ganar el Oscar como Mejor Película Extranjera y a romper estereotipos en la narrativa del cine latinoamericano.


Con estos títulos nos damos cuenta que el mundo cinematográfico LGBTQ es divertido, dramático, romántico, abusivo, honesto, leal, apasionado, solidario y muy comprometido… de la misma manera que lo es la comunidad que representa.
¿Cuáles son sus películas LGBTQ favoritas de esta década?

Last Christmas: Otra Oportunidad Para Amar

En Last Christmas Emilia Clarke interpreta a Kate, una mujer de 26 años que se encuentra en una época de inestabilidad en todos los sentidos, no tiene hogar, le gusta el vino, atraviesa por una conflictiva relación con su madre, y sus amigos están cansados de que no le importe otra cosa que sólo ella misma.

La protagonista trabaja en una tienda de regalos navideños, mientras su vida se encuentra en un punto de quiebre. Entonces aparece Tom que ha llegado a cambiar su vida y a ayudarla enfrentar sus propios miedos.

Last christmas es un cuento de Navidad dirigido por Paul Feig, escrito por Bryony Kimmings y la ganadora de Premios Oscar, Emma Thompson. 

 


El famoso amor propio

Kate es consciente de lo desordenada que se encuentra su vida, sin embargo, también anhela un orden, esto lo hará con la ayuda de Tom en su búsqueda de amor sí misma.

El “amor propio” es un concepto últimamente trillado y, a pesar de lo bien que suena, sigue siendo una lucha constante. ¿Cómo esperamos tener una relación sana con otros, si primero no la logramos con nosotros mismos? Amarnos a nosotros mismos,  y en esa medida, entregar un amor mucho mas sano.

Es así como a pesar de tener su vida hecha un caos, Kate intenta sanar las relaciones fallidas que tiene principalmente con su madre y hermana. El director utiliza la Navidad como un buen pretexto para acercarte a las personas que más quieres, de no dar nada por hecho, dejar de lado ese ego que muchas veces solo lastima, voltear a otros lados y ver mucho más que nuestras propias necesidades.

Así como a Kate, a muchos de nosotros se nos da el maravilloso regalo de la “vida”, se nos dan segundas y terceras, cuartas, quintas y muchas más oportunidades, el punto es, lo que decidamos hacer con esas oportunidades que se nos dan, dejando de lado la autocompasión. En este caso la protagonista poco a poco  y tambien gracias a la ayuda de Tom logra poner su vida en orden y entrar en una reconcilaición familiar. 


¿Funciona Last Christmas?

La película funciona para quien quiere rodearse del espíritu navideño; toca el tema del amor romántico, y junto con el apoyo de la música logra realzar cada escena. La cinta presenta la música de George Michael basándose en la canción Last Christmas”, canción que resulta increiblemente pegajosa.

El ambiente acogedor que se respira en la película, las luches, y las bellas imagenes que nos entrega constantemente, hará que pases un rato muy disfrutable si es que eres de los cinéfilos que optan por películas románticas.

 


Veredicto

Al ser tantos los problemas que abruman a Kate, el director no logra  tocar de fondo uno, y el desenlace que el director intenta sorpresivo, resulta ser demasiado predecible.

Clarke es un respiro fresco para la película, goza de un gran carisma a la hora de actuar, y parece que el sello que maneja en Me Before You es el que mejor le ha funcionado y en donde la podemos ver más cómoda.

Sin embargo, es la misma fórmula: una mujer se encuentra en apuros, conoce a un hombre que le quiere ayudar a cambiar su vida y además salvarla de ella misma.

¿En serio?, ¿otra vez?, ¿Elsa pudo hacer más por dos mundos que Kate por sí misma?

La película resulta ser increíblemente entretenida para el catálogo en una plataforma de streaming y así poderla ver en compañía de tu familia, amigos o pareja. No es el caso de la cinta, pero esperemos no tarde mucho para ser incorporada.


Cinéfila y cinéfilo, ¿cuáles son tus películas favortias de navidad? Compártenos cómo celebras estas fechas

Mr Robot 4×11: “Exit”

Ahora sí, estamos entrando en el terreno más ambicioso que Mr Robot puede darnos. No es que sea algo nuevo para los que seguimos esta serie el ambiente surrealista, sólo que esta vez… ¿parece que sí es una realidad, alterna?

De eso vimos en “eXit”, penúltimo episodio de uno de los shows más importantes de la última década. De eso no cabe siquiera un ápice de duda.

En este capítulo las cosas se van resumiendo y nos conducen a lo que será un alucinante final: la batalla interna de un Elliot con su ser, con su psique, con su interpretación de la realidad.

La máquina de Whiterose

La trama comienza con un Elliot despidiéndose muy cariñosamente de Darlene, lo que habíamos visto en parte en el capítulo anterior. Luego de ello, discute con Mr Robot sobre seguir su camino hasta la planta Washington Township, y destruir la máquina de Whiterose.

Decide emprender el viaje solo. Quiere hacerlo así, sin la usual protección de la figura ficticia de su padre, quien termina aceptando a regañadientes que Elliot se introduzca a lo que parece su destino final.

Al llegar a la planta encuentra que no hay personal, puertas abiertas y sangre en el piso. Dark Army ya entró previamente. Eso no importa a Elliot, porque logra meter el malware para “destruir la máquina”, siendo capturado momentos después por los sicarios.

El cuarto de interrogatorio

A la mente maestra detrás de F Society lo llevan a un cuarto interrogatorio, semejante a donde Angela estuvo cuando vio por primera vez al líder del Dark Army.

La puesta en escena es muy similar: teléfonos antiguos, computadoras viejas, pósters, entre otros. Elliot confronta a Whiterose diciendo que no caerá en el mismo juego, porque él quiere salvar al mundo, no como ella que al odiarlo quiere destruirlo.

Esto le causa unas carcajadas a la enigmática apasionada del tiempo, ya que según su visión, ella quiere transformar el mundo en uno más justo y equitativo. El hacker mantiene su posición de no cooperar, por lo que Whiterose toma una acción impresionante para hacerle ver que está en lo cierto.

¡Boom! se dispara en la cabeza y cae muerta en el piso.

Juego macabro

Ante la angustia, Elliot invoca a Mr Robot, quien le dice cómo salir de la planta ya que se escuchan explosiones del reactor nuclear, pero Elliot sigue el juego que está en la computadora, a como lo hiciera Angela en su momento.

Al descubrir las pistas, parece que las explosiones cesan, sólo para continuar luego junto con las alarmas.

Es así, que sentados frente a frente, Elliot se despide de Mr Robot para siempre. El juego ha acabado…¿o no?

¿Una nueva realidad?

Despierta en un apartamento limpio y ordenado. Se prepara para ir a trabajar, mientras está ansioso por casarse con Angela, con quien habla a través de una llamada vía Skype.

El padre, el verdadero señor Alderson en una edad mayor, está ahí para apoyarlo; así como sus compañeros de trabajo cuando Elliot tiene que hacer una presentación con Wellick, representante de F Corp (ya no es E Corp)

Finalmente, al terminar el día, entra a lo que cree es su apartamento, para encontrarse con otro Elliot, el que conocemos, el hacker, viéndolo estupefacto. ¿Qué está pasando?, se pregunta. Y eso es lo mismo que sentimos todos ahora.


El último episodio de esta hermosa serie se acerca, y todo puede pasar. ¿Qué esperan ustedes del gran final de Mr Robot?