Crítica | Barbie 2023: ¿Rompe todas las Expectativas?

Como bien dice el primer tráiler que vimos de Barbie, antes de que la muñeca fuera lanzada al mercado en 1959, todas las muñecas con las que jugaban las niñas, (porque en esa época la distinción entre los juguetes apropiados para “niños” y “niñas” estaba muy marcada), eran básicamente entrenamientos para ser ama de casa: las muñecas eran bebés, y los juegos se limitaban a lavarles su ropa, hacerles de comer o limpiarles. 

Ruth Handler, la creadora de Barbie, se dio cuenta de esto mientras veía a sus dos hijos jugar con sus juguetes: mientras su hijo varón inventaba ser militar, doctor, o vaquero, su hija, Barbara, solamente jugaba a ser mamá. Pero eso ya no reflejaba lo que la mujer era en ese tiempo.

Y así, Barbie se convirtió en la prueba irrefutable de cómo estaba cambiando la época. La Segunda Ola del Feminismo comenzó su auge poco después de la llegada de la muñeca a los estantes, y las mujeres lucharon por demandar mejores condiciones de trabajo, pagos justos y la libertad de estudiar. Barbie, entonces, se convirtió en el símbolo y la meta de esa lucha: Era una mujer que podía ser lo que quería ser. 

Desde entonces, Barbie ha estado intrínsecamente ligada a cómo vemos o entendemos “lo que es una mujer fuerte”, por lo que pronto adoptó otras etnias, estilos y condiciones diferentes. También, curiosamente, ha sido el símbolo de todo lo malo que viven las mujeres: estándares imposibles de alcanzar, una belleza hegemónica, la presión por tener que ser perfecta.

Pero, ¿De verdad Barbie es un símbolo del feminismo? ¿O lo que significa ser mujer? ¿No es muy reduccionista? ¿Y por qué su fuerza ha sido a costa de Ken, que siempre termina ninguneado y relegado ante la versatilidad y popularidad de su novia? 

Aunque no lo crean, Greta Gerwig, Margot Robbie, Noah Baumbach y Ryan Gosling se adentraron a explorar estas interrogantes en una película que resulta muy divertida, muy revolucionaria, pero que tal vez mucha gente no está lista para ver.

Barbie
Copyright @ Warner Bros Discovery

Barbie: ¿Una película revolucionaria?

La película inicia con que “la estereotípica Barbie” (Margot Robbie) descubre que tiene una crisis existencial. Entre pies planos y pensamientos de muerte, ella ya no encaja en la tierra de Barbie Land, donde todas las mujeres son perfectas, fuertes y hacen lo que les toca con valor y eficiencia. 

Según lo que le dice “la Barbie Rarita” (Kate McKinnon), al parecer hay una especie de ruptura entre la niña que juega con ella, pues ha comenzado a tener sentimientos y emociones depresivas y complicadas, por lo que su misión es ir al mundo real y tratar de entender qué le ocurre a la niña y poder regresar a su estado “normal”. 

En su misión, como bien hemos visto en los promocionales, se unirá Ken (Ryan Gosling), un hombre que vive y respira por Barbie, y quien realmente no tiene mucho qué hacer en el mundo de Barbie Land excepto esperar a que le presten un poco de atención. 

El cinematógrafo Rodrigo Prieto hizo un trabajo descomunal con el diseño de producción. Los rosas y el plástico del pueblo ideal de Barbie contrastan a la perfección con los tonos más sobrios del mundo real, el cual pronto le enseña a Ken sobre la misoginia y el patriarcado, y decide llevar sus nuevos conocimientos a su propio mundo para hacer una Ken-evolución. 

La cinta parece que tomó inspiración de “la Batalla de los Sexos”, una película que también se estrenó en 1959 (igual que el lanzamiento de Barbie) protagonizada por Peter Sellers y Constance Cummings que cuenta la lucha filosófica entre un contador conservador y una mujer con un empuje empresarial sumamente fuerte. 

Ambos tienen visiones diferentes sobre cómo administrar la compañía y sus visiones chocan constantemente. Y al igual que la cinta de Greta Gerwig, es una muestra de cómo se veían los temas sobre la libertad femenina y las dinámicas de poder entre hombres y mujeres en esa época.

Así como en esa película antigua se debatían los roles de hombres y mujeres en el espacio laboral, Barbie explora las dinámicas de poder que se dan entre ambos sexos y cómo reaccionan ante las decepciones, cómo lidian con sus relaciones interpersonales y con las ideas sobre la responsabilidad, el poder y la toma de decisiones. 

Greta Gerwig presenta verdaderas discusiones y reflexiones filosóficas sobre los límites del feminismo y por qué el patriarcado es aceptado tan fácilmente. Y todo lo hace a través de diálogos ingeniosos, bromas y chistes meta, explotando la idea de que, como muñecos, son una representación de una parte de lo que significa ser humano.

Barbie
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Una Sátira que Subvierte Expectativas 

El ritmo de Barbie en realidad es bastante rápido. Nunca se detiene: entre que Barbie va al mundo real, se encuentra con los ejecutivos de Mattel (liderados por Will Ferrell) e intenta lidiar con la idea del “Ken-domland” que se instauró en su hogar, la historia nunca deja de ser entretenida, nunca deja de ser divertida, nunca deja de ser punzante, nunca deja de ser conmovedora. 

Eso no quiere decir que no tenga sus limitaciones. Margot Robbie representa el estereotipo de belleza hegemónica, y por más “autoreferencial”, “meta” y “autoconsciente” que pueda ser, la falta de desarrollo de otros personajes femeninos racializados, de otras voces, sí hace falta para que Barbie no se sienta que está cayendo en la idea del “feminismo blanco/ Girl Bossing” que pretende criticar. 

Además, en su afán por mostrar las dificultades de las dinámicas de poder entre ambos sexos, la falta de fluidez de sexual, de temáticas LGBT o incluso explorar a los parias dentro de Barbie Land, como La Barbie Rarita, la amiga embarazada Midge (Ashlyn Maden) o Allan (Michael Cera) de repente se sienten como oportunidades perdidas dada la gran ambición de la cinta por cuestionar por qué diferentes géneros se comportan de forma diferente, 

Y como realmente están pasando muchas cosas, Gerwig lanza tantas ideas y se discuten tantos temas, las resoluciones de varias tramas son bastante apresuradas y a veces se limitan a que la conclusión sea a través de diálogos. Pero al final, esto parece una decisión acertada para que su mensaje sea lo suficientemente claro, tanto para chicos/as, como para grandes.

Aún así, está cinta puede ser pesada para infancias muy pequeñas o para personas que buscan una película sencilla. Barbie sin duda inspirará a nuevas generaciones, pero lo hará porque va a perdurar el tiempo y seguramente pasará a la historia cómo uno de los análisis más interesantes sobre las dinámicas de poder de la nueva ola del feminismo que se vive en 2023. 

Barbie
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Barbie: Ser Humano es Suficiente 

Al cuestionar lo que la muñeca Barbie significa para la sociedad, para las niñas, la película cuestiona la necesidad de la humanidad de “entrar en un molde” que le dé sentido a nuestra existencia. ¿Por qué Ken resiente a Barbie? Porque cree que él no es nada sin ella y no se siente suficiente para cumplir sus expectativas. ¿Por qué Barbie es infeliz? Porque en el momento en el que empieza a cuestionar sus capacidades, todo se desmorona. 

Tal vez lo más conmovedor de la película es la forma en la que explora los extremos a los que llegamos cuando nos sentimos insuficientes. La vida es diferente para hombres y mujeres, pero los sentimientos de angustia y ansiedad son los mismos, la cinta intenta hacer hincapié en que lo que nos une es esa capacidad que tenemos como seres humanos de sentir inseguridad, pero también de cambiar. 

En la película de La Batalla de los Sexos, el mensaje es contundente: en un ambiente laboral injusto, la mujer siempre perderá. Barbie va más allá, y nos dice que la vida no es justa, ni en Barbie Land ni en el mundo real, y la cinta no pretende dar una respuesta definitiva a la disyuntiva que plantea. Lo que busca es que entendamos su dicotomía, sus contradicciones y nos identifiquemos con las problemáticas de los personajes. 

Y esa es la gran magia de Barbie: En un mundo que constantemente nos pide tomar bandos, que nos pide ir a los extremos, la historia aboga por tener paciencia y aceptar que sólo somos humanos. 

No tenemos que ser el símbolo de una sola cosa cuando tenemos el poder de crear nuestro destino, aunque para eso tengamos que ir un pequeño paso a la vez. Y esa idea, hace a Barbie, una película revolucionaria.

Barbie
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Crítica | Insidious 5: ¿Un final digno para la Saga?

Insidious es una de las sagas de terror más interesantes de la última década. Durante 4 películas, la idea presentada por James Wan y producida por Blumhouse ha construido un gran mundo, que no sólo consolidó a Patrick Wilson como un gran protagonista del género de terror, ayudó a construir Blumhouse como una de las compañías más rentables de Hollywood. 

10 años después, Insidious regresa con una quinta parte llamada La Puerta Roja (The Red Door), en donde Wilson toma el mando de la dirección para darle fin a la historia de la familia Lambert, y el resultado, aunque no se siente como una despedida, si es una interesante exploración de las temáticas que ha tocado la saga y la razón por la que es tan popular. 

Insidious
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Insidious: La Puerta Roja- Una historia sobre los traumas de Padres e Hijos 

Esta historia se sitúa 10 años después de los eventos de Insidious 4. Dalton (Ty Simpkins) está en la universidad y tiene una complicada relación con sus padres y su hermano, ya que está muy alejado de ellos. 

Josh (Wilson) no está en una mejor posición. Separado de su esposa Renai (Rose Byrne) todavía es acechado por figuras fantasmagóricas y situaciones de las que no encuentra explicación. Pero cuando Dalton también comienza a experimentar estos problemas, tendrán que adentrarse no sólo en The Further, sino en su complejo pasado para poder desentrañar la verdad detrás de estos demonios. 

Parte de la historia tiene que ver mucho con los eventos de la primera y segunda temporada. Y se agradecen mucho los easter-eggs y la idea del efecto mariposa, en donde eventos que ocurren en la quinta parte afectan o impactan el desenlace de sus antecesoras, ya que no sólo se presentan como guiños para fans, crean un concepto muy interesante sobre The Further y le dan un estilo único a la saga de Insidious. 

Esto se mezcla bien con la historia de Dalton y Josh como padre e hijo. A lo largo de la saga, Josh ha cometido actos atroces cuando está poseído por las figuras de The Futher. El trauma nunca lo habían tocado con claridad antes, pero en la trama de La Puerta Roja ese silencio y secrecía alrededor de los actos de Josh han impactado gravemente la vida de sus hijos, y las figuras fantasmagóricas sólo exacerban eso. 

Es muy interesante que utilicen el tema de las posesiones para explorar la ira reprimida, los traumas de la infancia y cómo solemos esconder de nuestros/as hijos/as los actos que les dañan más. La quinta parte de Insidious de verdad le da otra dimensión a la historia general,y seguramente inspirará muchos tipos de análisis desde muchas perspectivas. 

Insidious
Copyright @ Sony Pictures

¿Pero es un final digno? 

Patrick Wilson nos comentó en entrevista que “siempre le interesó tratar el tema del trauma y la relación padre e hijo” en la historia, y lo logra con creces. Su historia es de las partes más positivas de la cinta, pero también la construcción de su suspenso. 

Fiel a los elementos que hicieron icónica a la saga, Insidious 5 construye muy bien sus jumpscares y los momentos en donde aparecen seres paranormales son geniales. De verdad se construye una atmósfera tensa que, acompañado de close-ups, planos amplios y lugares con mucha luz, siguen siendo una gran herramienta para construir su terror. 

Sin embargo, la ambición temática de la película hace que Insidious 5 no se sienta como una conclusión, sino el inicio de cómo Dalton y Josh aceptan su conexión con The Further y cómo eso impacta su dinámica familiar. 

Eso hace que algunos momentos se sientan desperdiciados, como la llegada del Lipstick-Face Demon, una de las figuras más icónicas del género de terror en los últimos años, al mundo real. Su paso es rápido y se siente como un villano más, en lugar de seguir explorando su guarida, su obsesión con el mundo de los vivos y su relación con los Dalton. 

Tampoco es un buen homenaje para Elise (Lin Shaye), cuya figura toma relevancia mucho más que nunca, pero que su tiempo en pantalla e importancia dentro de la trama queda limitado a un cameo, a pesar de tener el potencial de dar mucho más. 

Insidious 5 sin duda le da una dimensión y profundidad diferente a la saga en general, pues centrándose en la relación de Dalton y Josh de verdad exploran temas interesantes que se conectan muy bien con el terror que construyen. Pero como conclusión definitiva, la historia de los Lambert pudo haber dado todavía más. 

Insidious
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Crítica | Asteroid City: ¿Una historia de Wes Anderson Diferente?

Asteroid City es la nueva cinta de Wes Anderson, un cineasta cuyo estilo es tan característico que muchas personas han intentado replicarlo (y algunas de ellas lo han hecho muy bien. Pero cuando algo se ha vuelto tan familiar, cuando todo el mundo sabe qué esperar de un/a artista, tal vez es el momento en que debe actualizarse. Y eso es lo que hizo Wes Anderson. 

Sin abandonar su estructura dividida en capítulos, sus colores y diseños pastel, Asteroid City es tal vez una de las películas más interesantes y personales de Wes Anderson, para bien y para mal. 

Asteroid City
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Asteroid City: una película sobre contar historias 

Definir Asteroid City es curioso porque las podríamos dividir en dos historias: Por un lado, es la historia de un grupo de niños y sus familias que van a una competencia de Astronomía. Por el otro, es la historia de cómo un grupo de personas se prepara para interpretar una obra de teatro llamada Asteroid City. 

Y entonces, mientras Augie Steinbeck (Jason Schwartzman) hace de todo por sacar adelante a su familia tras la dura pérdida de su madre, el actor que interpreta al personaje (pero que no es Schwartzman), se pregunta por qué Augie haría tal o cual cosa para una escena, mientras Conrad Earp (Edward Norton) lucha por sacar la historia adelante. 

Wes Anderson siempre ha mantenido un estilo–meta con sus películas, ya que el dividir las cintas por capítulos y las curiosas narraciones que utiliza de repente suelen crear cierta distancia entre la historia y el espectador. 

Pero Asteroid City es especial, ya que parece que nos adentra un poco en el proceso creativo del cineasta, sus opiniones sobre las negociaciones, los estira y afloja y los imprevistos que se dan al momento de preparar una producción, mientras nos entrega al mismo tiempo una película rarísima que, de cierta manera, captura muy bien la ansiedad y absurdidad de Estados Unidos en la década de los 50 y su obsesión con la guerra. Y la metáfora que utiliza a través de una presencia alienígena es confusa, rara y muy graciosa.

Gran parte del éxito de la película viene de su increíble elenco, que saben perfectamente capturar las preocupaciones sobre la pérdida y el olvido. Scarlett Johansson, quien interpreta a una afamada actriz, brilla con su personaje, ya que podemos ver cómo sus extraños hábitos influencian a su hija y la alejan de ella. Desafortunadamente, también está enmarcada en una historia cliché de acoso disfrazado de amor. 

La monotonía que presenta Asteroid City, aún en el transcurso de un evento fuera de este mundo, es un detalle que resulta muy gracioso. La idea de la película es mostrar cómo la vida alimenta al arte y viceversa, cómo nunca estamos realmente solos mientras tenemos algo que contar, y eso la convierte en una cinta con mucho corazón, pues busca hacer un comentario sobre la importancia de seguir contando historias.

 

Asteroid City
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¿Demasiado para una sola película? 

El estilo y formato de Asteroid City seguramente le encantará a los/as grandes fans de Wes Anderson, quienes están dispuestos a desentrañar lo que esconden sus colores pastel y su curioso formato. Verdaderamente es algo muy nuevo, pero al intentar tocar tantos temas desde tantos ángulos distintos, la cinta también puede sentirse pesada. 

Especialmente para una audiencia que no es tan asidua del cineasta o que espera una respuesta fácil y más ligera. Asteroid City te pide paciencia para que puedas procesar todo lo que tiene que decir, y luego te pide que entres en un viaje del que saldrás con muchas dudas, y probablemente nunca sepas la respuesta. 

Aún así, esta es una cinta que seguramente dará mucho de qué hablar en la temporada de premios, y abrirá una conversación interesante sobre el arte, las razones para apostar por el cine y los alienígenas. Parte del encanto de Asteroid City es que uno saque sus propias conclusiones sobre la historia, y el camino para encontrar eso es muy divertido y original. 

Asteroid City
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Crítica | The Flash: ¿Cumple lo que promete para el DCEU?

The Flash por fin estrenó en salas de cine. Aunque inicialmente comenzó a planearse desde 2014, las controversias de Zack Snyder, las compras empresariales de AT&T y Discovery, y las continuas controversias de Ezra Miller, terminaron retrasando esta película durante más de 7 años, y en un punto parecía que no lograría salir nunca a la luz. 

Y esta cinta tiene un peso muy grande sobre sus hombros. No sólo es la despedida oficial de las historias del Snyderverse, también es un puente para presentar la visión de James Gunn y hacia dónde se dirige el futuro del DCEU. 

Y después de reshoots, cambios y ediciones, que alzó el costo de la producción de The Flash hasta los 220 millones de dólares, les contamos si la película logra cumplir con las expectativas y hace una historia digna para uno de los personajes más amados de DC Cómics. 

The Flash
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The Flash: Una cinta que se siente muy DC Cómics

Si algo logra capturar The Flash, es la esencia y las dinámicas que presenta La Liga de la Justicia tanto en sus cómics como en sus series animadas. Al inicio, vemos a Barry Allen (Ezra Miller) intentar llegar a tiempo a su trabajo, pero una misión en Ciudad Gótica se complica y debe salir a ayudar, y aunque la secuencia visualmente se siente rara, los cameos, coreografías, y pequeños guiños crear momentos muy bien logrados que se sienten salidos de un cómic. 

La dirección de las secuencias de acción es una de las proezas mejor logradas en The Flash. Andy Muschetti supo crear secuencias que mantienen a la audiencia atrapada e interesada todo el tiempo, y todo lo hace a través de la fisicalidad de los personajes, ya que supo captar bien la estética y la forma en la que pelean los personajes en los cómics. 

La forma en la que el Batman de Michael Keaton se mueve, pelea y planea, es sumamente ingeniosa y tiene momentos muy divertidos. Un claro contraste a cómo lo hace Battfleck. Tener a los dos Barrys nos permite comparar cómo Flash evolucionó con sus poderes, y la introducción de Sasha Calle como Supergirl no solamente es un gran homenaje al cómic de Red Son, en la película brilla y cimenta mejor el dilema sobre por qué a una kriptoniana así de poderosa le interesaría salvar a los seres humanos.

El trabajo de Miller como Flash es bastante bueno, pues logra entregar un personaje que es menos ingenuo a como lo conocimos en Batman v Superman y Justice League. Aunque su mejor interpretación viene cuando se encuentra con su contraparte en el multiverso. 

Ver cómo un Barry que nunca perdió a su madre y vivió en privilegio evolucionar junto a uno que debe aprender sobre el peso de la responsabilidad y el sacrificio, aún cuando eso signifique dejar ir a su madre, es el gran dilema emocional de Flash, uno que desafortunadamente, se queda corto ante la avalancha de peleas y aventuras. 

Flash
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¿Demasiado ambiciosa para su propio bien?

The Flash es una película sumamente entretenida con personajes entrañables, pero en la búsqueda de balancear épicas peleas, épicas figuras y nostalgia, la historia central al final se queda algo corta a nivel narrativo, y su apresurado final hace también que los cambios en el multiverso pierdan su impacto.

Es muy emocionante ver a Michael Shannon de regreso con una trama diferente, pero el afán por presentar la premisa de un “canon” que debe mantenerse le resta impacto porque sabemos lo que Barry debe hacer para solucionarlo: debe aceptar la muerte de su madre, Nora Allen (Maribel Verdú) y que fue una mala idea regresar en el tiempo para recuperarla. 

Ese es el único objetivo de Barry en esta historia y es una idea que nunca cambia, y es algo que nos plantean desde los primeros minutos de la trama. 

La falta de un villano más sólido, que sí ponga en tela de juicio los principios de Flash y su idea sobre cómo solucionar los errores del pasado, también le juegan en contra a la película. Aunque diferentes, ambos Barrys se obsesionan con corregir eventos del pasado, pero este contraste llega muy tarde y se resuelve muy rápido, por lo que la conclusión de ambas historias se sienten algo superficiales. 

Aunque su historia es sencilla, Flash ofrece un espectáculo muy emocionante. Uno que se siente con una visión particular y que augura ser más accesible para diferentes audiencias. Sin duda es una propuesta nueva que puede convivir perfectamente con el futuro del DCEU, y eso, junto con la idea del multiverso, abre un gran abanico de posibilidades.

Flash
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Crítica | Evil Dead Rise: ¿De lo Mejor de horror en 2023?

Hablar de Evil Dead es hablar de su propio género de cine. Lo que hizo Sam Raimi en 1978 fue aventurarse a crear una historica caótica, llena de sangre que retaban a los estómagos más fuertes. 45 años después, pasando por otras 2 películas, un remake y una serie secuela, el director Lee Cronin viene a revitalizar la saga con una nueva versión. 

Así llegó Evil Dead Rise, una cinta protagonizada por Lilly Sullivan, Alyssa Sutherland y Morgan Davies. Y aunque pretende ser parte de la película original, realmente es una propuesta completamente nueva que sólo tuvo como objetivo una cosa: explorar el caos que los demonios pueden causar.

Evil Dead Rise
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El terror de Evil Dead Rise 

Fuera de las cabañas alejadas del mundo, esta nueva película nos lleva a un pequeño departamento de Los Ángeles en donde Ellie (Alyssa Sutherland) intenta sacar adelante a sus tres hijos mientras lidia con la depresión de haber terminado una relación con su esposo. 

En medio de eso, llega su hermana Beth (Lily Sullivan), quien acaba de descubrir que está embarazada y no sabe bien qué hacer. La trama se desarrolla de una forma bastante convencional dentro de las películas de Evil Dead: por azares del destino alguien encuentra el libro de los muertos y desata en el edificio una amenaza deoniaca que se alimenta del caos. 

Evil Dead Rise aprovecha muy bien la atmósfera claustrofóbica del departamento de Ellie y el mal estado en el que se encuentra su edificio en general para crear una experiencia aterradora. Nos muestra sin reparos desmembramientos, huesos rotos, ataques que son ingeniosos pero muy inquietantes, y respetando la esencia de Sam Raimi, también es una gran fiesta de vómito y ríos de sangre. 

Ver a una familia lidiar con un demonio dentro de su hogar es muy aterrador, pero Evil Dead Rise logra alcanzar una dimensión diferente al poner a Ellie como la primera víctima de la posesión, pues parte de la historia es ver cómo infantes se enfrentan a una figura de autoridad abusiva. 

Evil Dead Rise
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¿El horror de ser madre? 

El tema central de Evil Dead Rise es sin duda la maternidad. Después de todo, Ellie ha tenido que sentar cabeza para tratar de sacar adelante a sus hijos, y los constantes juicios que hace contra el estilo de vida “libertino” de Beth, y que después se convierten en armas muy filosas para que el demonio la saque de onda, la hacen dudar no sólo de sus habilidades para sobrevivir esta msacre demoniaca, sino también sobre sus habilidades para ser madre. 

Es también muy aterrador cómo Evil Dead Rise se toma un par de momentos para que veamos en todo su esplendor cómo Kassie, Bridget y Danny asimilan el hecho de que su madre no sólo ya no está, sino que su cuerpo ahora está poseído y quiere eliminarlos. 

El miedo con el que se le acercan al principio, el respeto y la reverencia que le tienen, aún cuando se ve y actúa de forma horrible, genera una tensión muy particular dentro de la trama de Evil Dead Rise. Enfrentar a una figura de autoridad como la madre es difícil, más aún cuando debes aceptar y procesar que busca hacerte daño. 

En ese sentido, Kassie se convierte en una gran mancuerna para Beth. Al ser la menor de la familia, ella tiene más fuerza que sus hermanos para dejar ir el pasado y tratar de sobrevivir. Las situaciones que enfrenta son aterradoras y corre peligro real. Evil Dead Rise es de las pocas cintas que sí se atreve a explotar a su cast infantil y hacerlo parte importante de la historia, y logra secuencias brutales por eso. 

Y del otro lado, está todo el viaje de Beth para convertirse en “una buena madre”. La forma en la que tiene que agarrar al demonio por los cuernos y estabilizar su vida evoluciona perfecto con el desarrollo de la violencia y la catástrofe que genera el diablo. Lo mejor es que no hay vuelta atrás, no hay forma de remediarlo, sólo queda aceptar la pérdida, seguir adelante y luchar con motosierras si es necesario para sobrevivir. 

Evil Dead Rise no sólo es una experiencia aterradora que les hará temblar en su asiento, es una de las historias más propositivas que ha ofrecido la franquicia, haciendo que lo que está en riesgo y el desarrollo de los personajes sean realmente cautivadores. Esta película se convertirá en un nuevo clásico de horror y seguramente seguiremos hablando de ella mucho tiempo después. 

Evil Dead Rise
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Crítica | Suzume: ¿La mejor película de Makoto Shinkai?

Suzume es la nueva película del director Makoto Shinkai, cineasta que saltó a la fama por el fenómeno que fue Your Name en 2016. La nueva cinta, que relata las aventuras de una chica (llamada Suzume) para rescatar a Japón de ser azotado por un temblor, parece que se acaba de posicionar como una trilogía temática sobre nuestra relación con los desastres naturales y la incertidumbre. 

Y es que, tanto en Your Name como en Weathering With You, Shinkai también había explorado el tema de desastres naturales, y utilizó recursos como viajes en el tiempo y la intensa conexión de dos personajes para explorar temas como el dejar ir, el amor en la adversidad y aceptar la incertidumbre. 

Pero Suzume se siente diferente, no sólo porque hace referencias más claras al terremoto que sufrió Japón en 2011, el tsunami y a la crisis nuclear que desencadenó, sino porque ahora, más allá de explorar la relación de sus personajes, parece que de verdad se pregunta: ¿por qué vale la pena luchar por la humanidad?

Suzume
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El desastre y la desesperación 

Suzume es una chica normal que vive con su tía y a veces tiene sueños extraños sobre estar perdida en un pueblo destruido buscando a su madre. Pero su pacífica vida cambia cuando conoce a Söta, un hombre que le pregunta por lugares abandonados que tengan puertas. 

Söta resulta ser un guía mágico encomendado con cerrar todas las puertas mágicas para prevenir que unos gusanos cósmicos causen estragos en el planeta a través de intensos terremotos. Las analogías con el desastre del 2011 son muy directas: en los sueños de Suzume vemos barcos que quedaron encima de casas (cosa que sí ocurrió), la presencia de alertas sísmicas está siempre ahí, y los gusanos siempre amenazan ciudades llenas de gente. 

Cuando un dios gato llamado Daijin decide jugarle mal a Söta y convertirlo en una silla parlante, Suzume decide ayudarlo para cerrar todas las puertas y de paso encontrar la forma de recuperar su cuerpo. Pero lejos de ser una historia de amor, como en sus más recientes películas, el viaje de Suzume parece estar centrado en entender y procesar un fuerte trauma. 

Y es que, contrario a Weathering With You, en donde los protagonistas deciden que no pueden hacer nada en contra de los designios de los dioses de la naturaleza y prefieren vivir juntos antes de luchar contra ellos, el objetivo de Suzume es también salvar a la mayor cantidad de gente posible, y en el camino va conociendo a diferentes personas que se vuelven importantes en su vida. 

Como Suzume debe viajar a diferentes lugares, la película también se comporta como un road-trip. La animación es bellísima y los panoramas parecen un verdadero homenaje a la belleza que tiene Japón tanto en sus ciudades como en zonas rurales. Todo encaminado a crear una ambientación que da un aire de tranquilidad, paz, y armonía, por lo que cuando suenan las alertas sísmicas, el sentimiento de ansiedad e incertidumbre es muy fuerte. 

Suzume
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¿Hay forma de superar un trauma tan fuerte? 

En entrevista con Fuera de Foco, Makoto Shinkai comentó que para él “mirar los desastres naturales y las cosas fuera de nuestro control a través del amor que sentimos por otros, nos permiten entender mejor la vida y amar más a la gente”. 

Y en Suzume eso es lo que ocurre, las personas que conoce en su travesía le ayudan a entenderse mejor a ella misma. Y conforme avanza la cinta, nos deja claro que, aunque no podamos luchar contra los designios del destino, los dioses o la naturaleza, vale la pena luchar para salvaguardar a la gente, porque la gente tiene mucho amor para dar. 

En los momentos más difíciles de la cinta, es interesante que Suzume presenta pequeños descansos en donde vemos el día a día de las personas en Japón. Cómo se saludan, cómo se despiden, cómo celebran y conviven, cómo lloran sus pérdidas. Nadie sabe cuándo será el último día que le queda de vida, y por eso es devastador ver plasmado en una cinta lo que podría entenderse como “el momento justo antes de que ocurra una tragedia”. 

Como en esta película Shinkai apela más al amor colectivo que al romance entre dos personas, la historia toma un giro muy denso con los sueños de Suzume, ya que conforme avanza la historia nos vamos dando cuenta de lo que hay detrás de ellos. 

Y así, utilizando también el recurso de viajes intertemporales, Suzume también nos habla sobre cómo es procesar un fuerte trauma, y cómo la gente a nuestro alrededor, el amor que recibimos, lo mucho que avanzamos después la devastación, son buenas herramientas que nos ayudan a entender mejor nuestras carencias, nuestras inseguridades, y que eventualmente nos pueden hacer crecer y superarlas. 

Suzume, sin lugar a dudas, presenta una evolución muy grande para el cine de Makoto Shinkai, pues logra conjuntar los elementos que siempre le han interesado: el amor, el tiempo, la distancia, el regreso y la resignación, empaquetadas en una historia que nos narra la aventura de una chica para hacer las paces con el caos y aprender a luchar por el presente, donde puede amar a sus seres queridos.

Y eso, en un mundo azotado por el cambio climático y definido por la incertidumbre, se convierte en toda una exploración de la existencia del ser humano en el mundo.

Crítica | Dungeons And Dragons: ¿De verdad es tan épica?

Dungeons and Dragons ha ganado bastante popularidad gracias al internet y al increíble podcast de Critical Role, en donde actores reconocidos por su trabajo en doblaje como Matthew Mercer, Laura Bailey, Ashley Johnson y Travis Willingham empezaron en 2012 una campaña en donde actuaban, se vestían y vivían a sus personajes y sus hazañas. 

Critical Role es tan popular que incluso logró tener su propia serie en Amazon Prime Video: The Legend of Vox Machina. El juego se ha vuelto tremendamente popular, por lo que era sólo cuestión de tiempo para verlo materializado en la pantalla grande, y ahora estamos a punto de ver la campaña iniciada por Chris Pine, Michelle Rodriguez, Sophia Lillis, Justice Smith y Regé-Jean Page. 

Aunque puede parecer que Hollywood está obsesionado con encontrar propiedades intelectuales para convertirlas en franquicias, la película de Dungeons and Dragons: Honor Among Thiefs en realidad es una aventura sencilla, pero fresca, sumamente divertida, fiel al juego original y que sirve muy bien como introducción al mundo del juego de rol. 

¡Y aquí les contamos por qué no deberían perdérsela! 

Dungeons and Dragons
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¿Fiel a la esencia de Dungeons and Dragons? 

Aunque la popularidad de Dungeons and Dragons ha ido en aumento, de todas formas es un juego difícil y muy de nicho, ya que a pesar de que hay tipos de personajes, monstruos, amenazas, obstáculos y objetos icónicos, en realidad el juego invita a sus jugadores a ir creando poco a poco sus propias aventuras y a doblar las reglas básicas del juego conforme agarran más confianza. 

Como no hay una historia específica que adaptar, la película de Dungeons and Dragons tuvo el gran obstáculo de balancear ser fiel a la esencia del juego original, pero entregando una propuesta innovadora. Y así, empezamos con la historia de Edgin Darvis (Pine), un ex-Harper (la primera referencia al mundo de Dungeons and Dragons), quien busca un artefacto mágico para regresar de la muerte a su esposa. 

Pero su misión fracasa por una serie de traiciones, por lo que termina en la cárcel y necesita que su mejor amiga, la estoica Holga Kilgore (Michelle Rodriguez) le ayude también a rescatar a su hija de las garras de su ex-amigo Forge Firtzwilliam (Hugh Grant) y la malvada Maga Roja Sofina (Daisy Head)

En su misión, pronto se le unirán una druida cambia formas (Sophia Lilis), un Paladín (Regé-Jean Page) y un mago (Justice Smith), y al más puro estilo de películas de atracos o juegos de rol, toda la trama gira en torno a una misma premisa: ¿cuál es el plan y cómo lograremos hacerlo realidad?

El trasfondo de cada personaje es presentado de una forma básica, pero cínica y muy seca, como burlándose y siendo consciente de que la trama de la cinta es realmente sencilla. La magia de la cinta está en la forma en la que la campaña ejecuta sus planes: a veces salen bien, a veces salen mal, a veces salen a medias y otras veces tienen resultados inesperados. Esa mecánica del juego original de Dungeons and Dragons de verdad la supieron trasladar en la cinta, y cada una de las decisiones y consecuencias es sumamente original. 

Dungeons and Dragons
Copyright @ Paramount Pictures

¿Una cinta de superhéroes sin superhéroes? 

La química de todo el cast es algo que ayuda también a que el desarrollo de la historia se sienta orgánico y rápido. Además de que se agradece que se combine CGI con efectos prácticos y que esté tan bien logrado, pues no sólo los hechizos mágicos se ven y se sienten con una textura particular, los monstruos y criaturas también lo hacen, haciendo que el mundo se vea rico y muy basto. 

De hecho, algunos nombres y referencias, como “la puerta de Baldur”, el “neverwinter” o los cubos gelatinosos son grandes detalles que cumplen una doble función en la historia: por un lado, son grandes referencias que los/as fans de hueso colorado de Dungeons and Dragons amarán, pero por otro también ayudan a darle realismo y profundidad al mundo que vemos en pantalla, pues son detalles que le dan un trasfondo diferente a la cinta. 

Eso no quiere decir que la construcción de su mundo sea perfecta. De hecho, Dungeons and Dragons de repente se centra demasiado en cambiar a la siguiente aventura, y la construcción de personajes secundarios y su arquitectura se quedan algo cortos, además de que el desarrollo de la historia realmente tiene pocas sorpresas.

Sin embargo, la cinta entrega  momentos épicos en un cementerio, una pelea increíble que se asemeja mucho a Guardians of the Galaxy, cameos sumamente graciosos y grandes, pero grandes peleas mágicas que son impredecibles. Además, la villana Sofina es tan intimidante como graciosa, una villana que empata perfecto con la malévola picardía de Hugh Grant (aunque aquí su personaje se parece mucho al malo de Paddington 2).

Dungeons and Dragons: Honor Among Thieves es una gran opción para ver con amigos/as o en familia. Es un blockbuster divertido, y aunque la historia es sencilla con sus pretensiones y objetivos, los personajes tienen un gran corazón y sí dan muchas ganas seguir viendo su campaña.

Dungeons and Dragons
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Crítica | Cocaine Bear: ¿Violencia y sangre con sentido?

Cocaine Bear es la prueba de que todavía se pueden hacer películas originales que vale la pena ver en el cine. Basada en extraños hechos reales, donde supuestamente un narcotraficante llamado Andrew Thornton tiró cientos de kilos de cocaína en un bosque de Georgia Estados Unidos, la película narra cómo habría sido encontrarse a un oso negro completamente drogado. 

Según la leyenda de la película, realmente nunca se descubrió todo el cargamento de droga que se perdió en el bosque y un oso murió de indigestión tras consumir cocaína. La historia de Cocaine Bear se escribió sola, y Elizabeth Banks decidió tomar la oportunidad para transformarla en una loca película de comedia y terror que vale la pena ver en cines.

Cocaine Bear
Copyright @ Universal Pictures

¿Qué ofrece Cocaine Bear?

La película de Elizabeth Banks en realidad narra la vida de varias personas que por azares del destino se encuentran en el Parque Nacional de Chattahoochee–Oconee. Nuestros protagonistas van desde dos narcomenudistas: Daveed y Eddie (O’Shea Jackson Jr/ Alden Ehrenreich) hasta una madre, Sari (Keri Russell) intentando encontrar a su hija perdida. 

Las historias no tienen nada qué ver entre sí, lo único que las une es que se encuentran a merced  de una osa drogadicta. En entrevistas, se confirmó que la criatura se llama Cookie y que fue creada 100% utilizando efectos especiales, y la forma en la que lograron hacer que el animal se vea gracioso, pero no exagerado, le da una naturalidad muy interesante. 

Esto lo explotan también a la hora de mostrarnos las escenas de violencia. Que son muchas. Y muy sangrientas. La fisicalidad de la osa es brutal y amenazante, y tiene escenas que no dudan en ser incómodas e intensas, pero balancean bien la irreverencia y la sangre para traernos escenas muy divertidas también. 

Puede que no todos los hilos argumentales de cada personaje funcionen de la misma manera, hay historias mucho mejor construidas que otras. Pero Cocaine Bear es una película con giros inesperados, ya que sólo le tiene lealtad al potencial destructivo de Cookie y su adicción a la cocaína. 

Cocaine Bear
Copyright @ Universal Pictures

Una película llena de metáforas

Aunque no lo crean, Cocaine Bear es una película que tiene mensajes muy directos y una moraleja muy particular. La naturalidad con la que la cocaína es tratada en la cinta, como si fuera parte del ecosistema del bosque, nos brinda incómodas escenas en donde dos niños la consumen sin que tengan mayor consecuencia que unos cuantos munchies. 

Casos como ese están ahí para ejemplificar la forma en la que la humanidad impregna de sus problemas a la naturaleza. Cocaine Bear es una cinta irreverente que lleva todo al extremo, pero cada personaje puede representar ciertas partes del engranaje social que fomentan problemas que terminan dañando a todo un ecosistema. 

La guardabosques Liz (Margo Martinale), por más buenas intenciones que tiene, es incapaz de hacer su trabajo con eficiencia y eso hace que no pueda defender a las criaturas que viven en el bosque. El grupo de maleantes que busca la droga es el catalizador de todos los conflictos, y la madre y su hija son el único rayo de esperanza que conectan de una manera especial con el oso drogadicto. 

Esto hace que algunos personajes se sientan más cómo metáforas que como personajes, pero en general la irreverencia y violencia de la historia, así como el diseño y brutalidad del oso, son suficientes para mantener a la audiencia entretenida. Y en Cocaine Bear, durante gran parte del metraje realmente nadie está a salvo. 

Sin embargo, con una moraleja bien definida, Cocaine Bear sí puede caerse un poco al final y sentirse un poco reiterativa y larga. Que eso no le quita el mérito al gran viaje que es. Y es que no sólo provocará grandes risas, es una película que invita a hablar e interactuar con ella mientras la ven, lo que la hace ideal para verla en compañía en una sala de cine.

Cocaine Bear
Copyright @ Universal Pictures

Crítica | EO: ¿Por qué es tan complicado existir en el mundo?

EO, la película del cineasta Jerzy Skolimowski es muy peculiar. Centrada en las vicisitudes de un burro, la película no planea ser un retrato conmovedor de la relación del animal con alguna persona, tampoco son las aventuras divertidas de una historia infantil. En realidad, es un retrato crudo de la vida de un animal, que a pesar de tener un destino fijo, su vida es tan compleja como la de cualquier ser en este mundo. 

EO no busca mandar un mensaje político abiertamente. No busca posicionarse de frente a la crueldad del maltrato animal, las empresas rapaces y deshumanizantes o el cuidado ambiental. Sin embargo, la forma en la que logra que empaticemos con la visión del burro, es suficiente para hacernos discutir todos estos temas. 

La película es, entonces, una de las propuestas más originales que nos han presentado los Oscars 2023, pues apela a uno de nuestros sentimientos más básicos: existir es complicado. 

EO
Cortesía: Cine CANIBAL

EO: ¿De qué sirve ser un burro? 

Cuando conocemos a EO, él es un burrito que trabaja en un circo y que tiene una conexión muy especial con Magda. La vida y el activismo los obligan a separarse, ya que un grupo de ambientalistas cierra el cruel recinto de entretenimiento y se lo lleva lejos, a una vida mejor, supuestamente. 

A partir de ahí, EO va conociendo diferentes lugares, diferentes personas y diferentes situaciones: de repente está junto al estable de unos caballos purasangre, luego se convierte en un compañero para infantes con síndrome de down. Llega a ser la mascota de un equipo de fútbol y le toca experimentar en carne propia la más baja crueldad humana y los instintos más violentos del ser humano. 

EO se encuentra con una variedad muy amplia de personas, y a través de los ojos del burrito vemos los complejos matices de su vida. Un sacerdote enamorado de su madrastra, un popular guardametas, trabajadores indiferentes que electrocutan zorros. Eso sí, todos saben qué decirle a EO: que pronto se volverá salamí. 

Greta Padilla, en su reseña para el portal Sopitas, menciona que EO, como cinta, invita a que la audiencia le imprima sentimientos al burro. Primero a través de algunas tomas construidas para que entendamos que el animal está reaccionando a ciertos eventos, y luego porque las mismas situaciones que atraviesa están hechas para que la audiencia le atribuya sensaciones, sentimientos o ideas que tal vez no tiene. 

Y es que EO es simplemente un burro, no podemos saber lo que siente o lo que piensa en realidad. Contrario a un animal doméstico, con los cuales tenemos mucha más afinidad emocional, un burro como EO es visto como un animal de trabajo o como una fuente de comida. ¿Qué podría estar pensando un ser así? 

EO
Cortesía: Cine CANIBAL

Es un mundo muy, muy loco 

Pero esta actitud hacen todavía más devastadora a la cinta de Skolimowski, porque si sólo nos está presentando la visión de un burro en el mundo, entonces su existencia es extremadamente compleja, igual (y a veces mucho más) que la de las personas que se encuentra en su vida. 

Skolimowski se pregunta si un burro puede extrañar a su ama favorita, o si puede aprender a reconocer amenazas, y a defenderse con más facilidad. Ver a EO deambular por el mundo sin rumbo fijo y topándose con personas tan diferentes entre sí, es como ver un testamento de lo complejo que es el ser humano, lo diferente que puede ser, la libertad que tiene para convertirse en lo que sea. 

Y ahí es donde radica la única constante de EO. No importa si los humanos que encuentra lo quieren o no, si lo respetan o no. Siempre hay un comentario que les ronda la cabeza: este animal algún día se convertirá en salamí. Su destino está sellado, no hay más. 

Ni siquiera importa que su vida y su camino sea tan complejo, al final, la muerte que le espera ha estado determinada desde el día que nació. Y eso es lo más devastador que tiene EO y lo que nos muestra que tiene una moraleja que sí invita a tener más empatía con los seres que habitan el mundo, porque si todo esto atraviesa un ser cuyo único fin es terminar hecho salami, es difícil imaginar lo que atraviesan animales con más problemas, como los seres humanos.

EO
Cortesía: Cine CANIBAL

Crítica | Noche sin Paz: Un nuevo y sangriento clásico navideño

Noche sin Paz toma lo más visceral de las fiestas decembrinas y lo transforma en un espectáculo de caos y violencia que promete convertirse en un clásico de la temporada.

Curiosamente, la violencia, el gore y las fiestas navideñas no son completamente ajenos entre sí. Una temporada diseñada para traer amor, luz, regalos y felicidad, ha sido constantemente objeto de historias repletas de sangre, disparos, y hasta terror, construyendo de cierta manera su propio nicho dentro del cine.

No es de extrañarse entonces que películas como Home Alone, Die Hard, Krampus y ¿por qué no? hasta musicales como Anna and the Apocalypse, se hayan convertido en clásicos de la temporada, no sólo por sus temáticas que satirizan a la felicidad navideña, sino por ser un respiro de la empalagosa atmósfera de tales fechas.

Ahora es turno de Violent Night, —Noche sin Paz para Latinoamérica—, la cual ofrece una visión fresca, compleja y muy divertida de uno de los íconos más importantes de la navidad: Santa Claus.

Noche Sin Paz

Convertir al mito en leyenda

Sin duda alguna, la virtud más grande de Noche sin Paz está en su protagonista: un Santa Claus harto de cómo han cambiado las Navidades y quien ha perdido la fe en la humanidad casi por completo. 

David Harbour se adueña por completo del personaje, reestructurando junto al director Tommy Wirkola tanto los orígenes de Santa como su propósito actual.

Si bien, la idea de un Santa Claus con un pasado y personalidad mucho más rudos no es algo precisamente nuevo —siendo la referencia más directa la versión del personaje en la animación El Origen de los Guardianes—, sí es la primera vez en que los elementos más violentos del mismo empatan directamente con el lado místico de Santa.

Pues Noche sin Paz no depende completamente de elementos mundanos para construir su acción, sino que lo hace a través de cosas navideñas, magia y elementos fantásticos que el mismo Santa Claus guarda en su costal, que hacen únicas tanto a sus secuencias de pelea como a gran parte de su historia y que, aunque pretende burlarse de las cosas más absurdas de la navidad, no deja de construir sobre la ilusión por su protagonista.

Asimismo, es interesante que aunque asqueado de la Navidad, Wirkola no haya creado a un Santa Claus completamente odioso o perdido, sino rescatando la sensibilidad por la que decidió a entregar regalos a los niños del mundo en primer lugar y también ofreciendo un vistazo a la faceta más bélica en el inexplorado pasado de San Nicolás.

¿Ideas para la cena familiar?

Retomando sus escenas de pelea y acción, Noche sin Paz hace un gran trabajo al traducir la Navidad para llevarla a todas y cada una de ellas, dejando a la mano de sus protagonistas un montón de elementos que se convierten en potenciales armas homicidas.

Es en esta parte donde explota al máximo la creatividad e imaginación de sus guionistas y equipo de producción, quienes además terminan por construir cada secuencia a través de música y otros elementos que sin duda, transforman a varias de sus escenas en referentes para películas futuras.

Tal energía se lleva también a las motivaciones de sus personajes, quienes no eligen a la festividad por mera casualidad, sino que llegan a causar estragos por sus propios pendientes con la fecha y con Santa Claus mismo.

El espíritu navideño permea cada asesinato, degollación, mutilación y explosión, en un espectáculo de caos que se vuelve realmente divertido y muy atractivo de ver.

No todo es tan mágico

Aunque entretenida, Noche sin Paz sí llega a quedarse corta en varios aspectos. Para empezar, busca presentar a una familia llena de conflicto y problemas que los hacen moralmente muy ambiguos, idea que por sí misma es buena, pero que en ejecución flaquea terriblemente.

Si bien la familia Lightstone no tiene que ser agradables, es difícil empatizar en lo más mínimo con ella, por lo que a pesar de ser “las víctimas” de los mercenarios, la audiencia nunca llega a preocuparse por su destino. 

Y es que ellos y sus defectos están tan caricaturizados a través del guión, que más que plantearse como una familia nueva y original, parecieran ser una parodia de la familia Thrombey, cuyos miembros protagonizaron la cinta Knives Out de Rian Johnson, pero sin la profundidad, ni algo verdaderamente distintivo.

Por otro lado, aunque sus villanos están mejor detallados, también tienden a caer en visiones demasiado estereotípicas para el género; por lo que resulta imposible no hacer comparaciones inmediatas de sus situaciones con las de personajes como Harry y Marv de Home Alone.

Ahí también pierde una gran oportunidad: ya que en su búsqueda por hacer que Noche sin Paz homenajee a la cinta protagonizada por Macaulay Culkin, le quita picardía a su joven heroína, Trudy (Leah Brady), quien inspira sus trampas en la película de 1990.

Ahora, aunque la mancuerna de Trudy y Santa Claus funciona bastante bien, algunas decisiones respecto al guión y su estructura tienden a quebrar un ambiente que la película ha construido en los minutos previos. Es decir, uego de abordarse como una historia repleta de acción, sangre y violencia, la película tiende a girar sin previo aviso a una escena mucho más emotiva, profunda y hasta dulce, lo que al principio resulta encantador pero que después denota la dificultad de su director para hacer que ambos estilos empaten dentro de la misma historia.

Más allá de eso, Noche Sin Paz cumple su objetivo con creces: reconstruir la mitología de Santa Claus a través de una sangrienta historia navideña que no se olvida de la magia, y que promete convertirse en un clásico de la temporada.

¿Qué opinan cinéfilas y cinéfilos?

Crítica | El Menú: ¿Una Buena Sátira que critica a Hollywood?

El Menú tiene una interesante propuesta y grandes actuaciones, pero se topa con pared al ser muy obvia en su mensaje y moraleja 

¿Cuándo la pasión por el arte se convierte en un trabajo? ¿Está mal capitalizar las habilidades artísticas? ¿Desear poder mantenerse y vivir del arte? ¿O lo que está mal es que un/a artista se vuelva demasiado rico/a, demasiado poderoso/a? Pero entonces, ¿dónde se pone la línea entre dedicarse con devoción al arte y el dinero? 

Eso recientemente se lo preguntó Andrew Garfield en una reciente entrevista con GQ, pero también es el dilema central de El Menú (The Menu), la cinta dirigida por Mark Mylod y estelarizada por una larga lista de talentos: Nicholas Hoult, Ralph Fiennes, John Leguizamo y por supuesto, Anya Taylor Joy. 

Todas estas personas vienen de diferentes orígenes pero tienen algo en común: aman el arte culinario. O tal vez no, pero son demasiado ricas como para perderse la cocina de Julian Slowik (Fiennes), un reconocido chef tan exclusivo que su restaurante está en una remota isla. Poder probar sus platillos es un lujo que pocos pueden siquiera soñar con costearse, y en la película crea un evento sumamente especial para “celebrar” su carrera y sus éxitos como el maestro de “la cocina conceptual”.

El Menú

¿Cuándo un artista triaciona su arte?

El Menú no se anda con rodeos, y si la onda de “la comida conceptual” les parece ridícula, es porque lo es. Aunque en los primeros minutos todos/as los/as comensales hablan de sus increíbles hazañas y por qué pueden pagar un lujo así en primer lugar, desde que conocemos a Slowik sabemos que algo va mal con él. El chef ha organizado una comida de varios tiempos que se va tornando cada vez más incómoda, insultante y burlona, hasta que sus verdaderas intenciones quedan muy claras. 

Lo más interesante de la película sin duda es ver cómo la tensión aumenta entre este exclusivo grupo de personas, especialmente cuando las comidas se van tornando sumamente personales. Al final, cada una de las personas que están ahí tienen algo que ver con el ascenso a la fama de Slowik: la crítica culinaria que lo encontró por primera vez, los inversionistas de su exclusivo restaurante, clientes asiduos que se jactan de conocer la isla de pies a cabeza y también lo que pueden esperar de su cocina. 

Los únicos que sobran en esa mesa, al menos en términos de cercanía con Slowik, son Tyler (Nicholas Hoult), un chico rico que ama la cocina y es un fan acérrimo del chef, y Margot (Anya Taylor-Joy), una chica poco interesada en todo ese quehacer y que sólo está ahí para acompañarle. 

Sin duda, lo que más destaca de El Menú es la increíble tensión que crean el personaje de Margot con Slowik. No sólo porque ella no le tiene respeto a su cocina y a todos los rituales extraños que todo el mundo sigue en aras de “la experiencia exclusiva”, también porque Fiennes y Taylor-Joy hacen un trabajo tan grande caracterizando a sus personajes, por lo que sus interacciones nos dan un constante vaivén de emociones que tienen conforme se van revelando las sorpresas del filme crean una atmósfera muy intensa. 

El Menú

¿Demasiado Obvia? 

El Menú sigue sin duda la crítica hacia las élites que otras sátiras, como Ready or Not y Bodies Bodies Bodies, nos han presentado a últimas fechas. Slowik es un chef que perdió el amor por lo que hace, y como no ve forma de recuperarlo entonces decide hacer la vida de las personas que le arrebataron su pasión un infierno. 

Y aunque esa premisa da para momentos impactantes y divertidos, la cinta falla un poco en el desarrollo de Margot. Ella es la verdadera antagonista de Slowik porque lo entiende a un nivel más personal, pero conforme avanza su historia nos vamos dando cuenta de que la película nos trata de decir claramente “quienes son los/as buenos/as y quienes los/as malos/as” en el sistema que desvirtúa el arte, por lo que en realidad el personaje de Taylor-Joy se desdibuja y se limita a presentar el discurso moral de la historia. 

El final es divertido, gracioso y catártico, pero también es muy obvio, y como la cinta lo viene construyendo desde el principio, hasta es un poco predecible, ya que también deja claro que es una crítica a la situación actual de Hollywood. Por supuesto, eso no le quita las intrigantes actuaciones y los sorpresivos giros de tuerca, además de que inicia una conversación muy interesante sobre el valor que le damos al arte y los/as artistas. 

¿Qué opinan cinéfilas y cinéfilos?

Crítica| Sonríe: Cuando el Horror está en Nuestra Mente

Sonríe (Smile) tiene una atmósfera atrapante y escenas inquietantes, pero su mensaje es todavía más sombrío

A pesar de que cada vez más se habla sobre la terapia y la importancia de la salud mental, el tema sobre tratar ciertos trastornos continúa siendo un tabú. En parte porque todavía no sabemos cómo hablar sobre ellos, en parte porque las personas siguen llenas de prejuicios sobre cómo tratar a una persona con ellos. 

Y es que la mente y los sentimientos son dos de las cosas más oscuras del ser humano. Conocemos cómo se forman las conexiones cerebrales, pero todavía no sabemos a ciencia cierta cómo procesa la información o nacen los pensamientos. Los sentimientos son todavía más elusivos, ya que nadie experimenta las cosas de la misma manera. 

Bajo esa premisa, conocemos a Rose Cotter (Sosie Bacon), una psiquiatra que trabaja en el área de emergencias de un hospital. Ahí, una chica con un trastorno se suicida frente a ella, maldiciendo a Rose y haciendo que caiga en una espiral de depresión y estrés postraumático provocado por una misteriosa entidad paranormal. 

Sonríe

Una premisa familiar, pero diferente 

Conforme Rose va investigando más detalles sobre los extraños fenómenos que comienzan a ocurrir a su alrededor, el filme se siente muy parecido a la cinta de 2014 It Follows, en donde las personas malditas podían pasar su condena a otra persona a través del sexo. Aquí es un poco diferente: necesitas ver a una persona suicidarse para que el mal toque a tu puerta. 

El desarrollo y el ritmo de la historia es bastante formulaico, pero la actuación de Rose, la edición de sonido y las intensas imágenes que presentan generan una atmósfera muy inquietante e incómoda todo el tiempo. Además, la forma en la que construyen el descenso a la locura de su protagonista se siente muy real, pues poco a poco las personas a su alrededor se alejan por no poder lidiar con sus sentimientos, a pesar de que claramente experimentó algo traumático. 

Para los personajes que oscilan la vida de Rose es fácil catalogar sus problemas. Ella intenta hacer lo mismo, después de todo es una psiquiatra que intenta racionalizar sus emociones y busca diferentes formas de ayuda, aunque eso es simplemente inútil. 

Sonríe

La mente como objeto de horror 

Conforme avanza la cinta, Rose va descubriendo diferentes formas para librarse de la maldición, todas haciendo referencia a las herramientas que la mente utiliza para procesar el trauma. En un momento piensa en infligir el mismo daño a una persona, en otros busca ayuda, en otros hace un enorme trabajo de introspección. 

Pero lo que hace más aterrador a Sonríe es que, cuando al final se revela el monstruo, lo vemos en todo su esplendor (que resulta bastante perturbador), la historia da otro giro para mostrarnos que a veces simplemente uno no puede escapar de su propia mente, sin importar cuánto lo intentemos. Y esa es realmente la propuesta que Sonríe plantea para incomodar a su audiencia. 

Sonríe es una historia que te engancha con grandes actuaciones y un diseño de producción muy bueno, pero lo más espeluznante es que es de esas películas que se quedan contigo mucho tiempo después de haberla visto, y que conforme pasa el tiempo se vuelve más y más aterradora.

Crítica | Prey: ¿la mejor película de Depredador?

Prey es un gran experimento que logra su cometido de hacer conectar a una nueva audiencia con la esencia de Depredador bajo una idea universal: sobrevivir

¿Qué hace realmente grande a una película de acción y ciencia ficción? ¿Es una criatura que se vuelve icónica con el transcurrir del tiempo? ¿O la idea de que siempre hay algo más allá? En realidad, nada de esto sería relevante sin un factor simple pero importante: el ser humano.

Es nuestra relación con el futuro, con la naturaleza, e incluso con nuestras propias ideas lo que hace que una historia de alienígenas, se vuelva un retrato de la humanidad y el papel que juega tanto en nuestro planeta como fuera de este.

Hace 35 años, Depredador llegaba a cines con Arnold Schwarzenegger como Dutch, un soldado de los Estados Unidos que durante una misión de rescate terminaría en una batalla contra una criatura extraterrestre, cuya tecnología, fuerza sobrehumana y habilidad para desaparecer a voluntad superaban a cualquier enemigo jamás enfrentado por el ser humano.

Lo que en su momento fue una película aclamada por traer un giro distinto a las historias de acción hombre vs naturaleza, pronto se convirtió en una de las franquicias más reconocidas alrededor del mundo, a pesar de que con cada nueva película, la calidad de las mismas no era tan buena como su antecesora.

Ahora llega el turno de Prey —o Depredador: La Presa en español—, la cual funge como una precuela que, aunque existe dentro del mismo universo, vive desconectada de la saga principal. Pero, ¿vale la pena? 

Prey

Sobrevivir es la clave

Dirigida por Dan Trachtenberg (10 Cloverfield Lane), Prey nos sitúa en el Siglo 18 en medio de una comunidad comanche donde conocemos a Naru (Amber Midthunder), una joven cuya misión personal es probar a su tribu que es capaz de ser tan buena guerrera como su hermano. Sin embargo, el territorio es invadido por una criatura desconocida, la cual empieza a cazar y exterminar despiadadamente a los depredadores del lugar.

Desde antes de su estreno, Prey prometía ser una propuesta muy diferente a lo que se ha visto previamente en una historia de Depredador. En primera instancia, la cinta toma lo que originalmente se consideraría como una franquicia de hombres de acción contra monstruos, y la transforma en una verdadera historia de supervivencia.

Incluso, por momentos la construcción de Prey se siente mucho más cercana a algo como The Revenant y no tanto a las películas de Schwazeneger. Pues la forma en que explota sus escenarios, no sólo visualmente sino aprovechando para que este también juegue en contra de sus personajes, hace al Depredador tan sólo otra amenaza de un mundo que de por sí ya es cruel.

Y es que el hilo conductor no está necesariamente en sus personajes —aunque sí, son la vía por la cual transcurre la historia—, sino en la emoción que sus experiencias producen. Pues la necesidad de sobrevivir logra traducirse a la audiencia en urgencia y expectativa por saber cuál será el siguiente movimiento tanto de su heroína como de sus antagonistas.

Tal emoción permanece y no es exclusiva del Depredador, sino que se refleja en los encuentros de Naru con las otras bestias que van forjando su camino: las serpientes, osos, leones, e incluso, los conquistadores franceses que amenazan con tomar posesión de la región.

La sensación de miedo y desesperación se siembra con cada lucha, especialmente al ponernos en el lugar de una guerrera extremadamente vulnerable como lo es Naru, quien casi nunca sale victoriosa de sus batallas.

Es sencillo ponerse en sus zapatos y dimensionar el peligro que representa estar frente a cada una de las criaturas, además de que los instantes en los que la audiencia puede darse un respiro, son tremendamente breves antes de llevarlos a una experiencia más intensa que la anterior. 

Naru vs Depredador

Algo que Prey logra de forma excepcional, es que el público se preocupe por el destino de más de uno de sus personajes. Si bien apuesta por que Naru sobreviva a la batalla, gran parte de la tensión gira en torno a su acompañante canina: Sarii, quien actúa tanto como un apéndice de la protagonista como elemento de interés para la audiencia.

Aunque del lado de Naru, resulta refrescante contar con una heroína que no es todopoderosa desde el principio, y que de hecho, su viaje tampoco la va a llevar a convertirse en ello. Pues aunque desde el inicio se plantea que entre las virtudes de Naru no está la fuerza bruta, es interesante ver cómo se va construyendo una guerrera a partir de las cualidades que sí posee: audacia, inteligencia y perseverancia.

Naru tropieza constantemente al querer ser como los otros guerreros, e incluso comete varios errores que terminan desesperando a sus testigos, lo que construye sobre la sensación de peligro inminente y la urgencia por que todo salga bien.

No obstante, hay que admitir que algunos de sus encuentros y éxitos de escape se sienten más como una casualidad divina que algo qué atribuirle al personaje; lo que podría llegar a hacer su encuentro final con el Depredador algo no tan creíble, después de haberla visto fallar y por mera suerte escapar de amenazas de menor nivel.

De cualquier manera, Naru logra posicionarse como una heroína que sin duda se volverá icónica tanto para la saga de Depredador como para el cine de acción en general, apostando también por hacer que las debilidades del personaje sean consideradas una carta que puede jugar a su favor.

El Depredador está de regreso

Ya hablamos del lado humano y el instinto de supervivencia que permea a la historia, pero ¿qué termina por hacerla una cinta perfecta de Depredador?

La respuesta está en el poder que su monstruo principal reclama. Pues es el primer eslabón en la cadena de cazadores y la historia se toma su tiempo para dejarlo en claro. No lo expone como una criatura bruta que caza por mero deporte, —cosa que sí hace por ejemplo, con los invasores franceses— sino como una bestia inteligente y hábil, que también funciona a través de naturaleza pura, de instinto.

Es una amenaza despiadada, y conforme se revela más de su modus operandi, cada detalle lo hace más y más peligroso. Su travesía es sanguinaria, y la crueldad de cada acto demuestra la frialdad que lo separa por completo de los humanos.

Esta es la expresión más pura del personaje y sin duda, es algo que a los/as fans de la película original terminará por gustarles, además de la exquisita manera en que Trachtenberg y el equipo de stunts coreografiaron cada una de las peleas para hacerlas tan emocionantes como brutales. Y aunque Prey definitivamente vive por cuenta propia, los/as seguidores acérrimos de la franquicia disfrutarán con varios de los guiños a las primeras películas.

Prey

¿El final o el principio de todo?

Prey es un gran experimento que logra su cometido: reconectar tanto a la saga de Depredador como a la audiencia con su instinto más puro: sobrevivir.

Por último, le da nueva vida a una saga que se sentía por demás hueca. Está plagada de grandes actuaciones, momentos de acción y el horror que caracteriza al género. Respeta los orígenes de Depredador, pero no teme hacer evolucionar tanto al personaje como al core de la franquicia, entregando la que probablemente es una de las mejores películas de la saga.

Sin embargo, es una lástima que Prey no llegue a cines, pues el espectáculo que ofrece tanto en paisajes y fotografía, como peleas y otros aspectos visuales, es algo que estaba destinado a vivir en pantalla grande.

Aún así, Prey es un viaje único, disfrutable e intenso, que se posiciona como uno de los blockbusters más sólidos y atractivos del año y que no te puedes perder. 

Prey ya está disponible para Latinoamérica a través de la plataforma de Star+ ¡Suscríbete aquí y ve la aventura de Naru ahora mismo!