10 actrices nacidas para interpretar un papel

¡Hay actrices que han dado vida a personajes tan icónicos que no podemos imaginar el cine sin ellas!

Ustedes lo pidieron y nosotros siempre les vamos a cumplir. Después del éxito que tuvo el texto “Actores nacidos para interpretar un personaje“, no podíamos no traerles el top que nos mostrara a aquellas actrices que se adueñaron de sus papeles, al punto de no poderlas imaginar siendo interpretadas por ninguna otra. ¿Estarán todas las que esperas? ¿Faltó alguna? ¡Comenta tus favoritas!

Sigourney Weaver – Ellen Ripley: Alien

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Probablemente uno de los papeles femeninos más importantes en la historia del cine es el de Ellen Ripley, protagonista de Alien: El Octavo Pasajero e interpretada por una de las mejores actrices de la época: Sigourney Weaver. Su legendaria pelea contra el xenomorfo será siempre recordada y su trabajo en pantalla inigualable.

¿Sabías que el papel quedó entre Meryl Streep y Weaver? Además, ambas eran amigas en Yale y se lo terminaron dando a Sigourney porque Streep estaba de luto por el fallecimiento de su pareja, John Cazale; también debes saber que la audición de la ganadora fue tan buena que Ridley Scott y su equipo la compararon con Jane Fonda, demostrando lo impresionados que estaban.

Por último, ¿sabías que Ellen Ripley iba a ser “Elliot Ripley”? Sip, el personaje originalmente iba a ser hombre… ¡Gracias Scott por descartar esa idea y darnos un excelente personaje!

Uma Thurman – The Bride/Beatrix Kiddo: Kill Bill

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Nadie, además de Uma Thurman, era digna de vestir el emblemático traje amarillo que utiliza La Novia en ambos volúmenes de Kill Bill; y si eso se hubiera puesto en duda alguna vez, Uma le habría pateado el trasero a cualquiera de las actrices que se pusiera en su camino. Aunque, en realidad, nadie más estaba contemplada para el papel, al haber sido ideado entre Uma y Quentin mientras hacían Pulp Fiction.

Tanta era la insistencia por contar con Uma, que Tarantino retrasó la producción por su embarazo y en cuanto concluyó, su compromiso la llevó a perder 60 libras mientras entrenaba tres tipos distintos de kung-fu y dos de manejo de espada. ¿Has escuchado que Tarantino arriesgó la vida de la protagonista? Ella había pedido que una stunt manejara un coche en una escena (por ser una escena peligrosa) y “Q” no la dejó; así que ella (accidentalmente) chocó el coche y estuvo cerca de morir.

Lena Headey – Cersei Lannister: Game of Thrones

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¿Te imaginas a alguien más como la mejor jugadora del Juego de Tronos? No lo creo. Es que mírala nada más; el talento de Headey es tal que logra hacer que un rostro tan bello como el de ella oculte tanta maldad. La nominada al Emmy por su interpretación y la responsable de encarnar al personaje más odiado por los fans de Game of Thrones tenía que aparecer por aquí.

Lena le debe su papel a su amigo Peter Dinklage (Tyrion Lannister), ya que cuando los creadores tenían a muchas actrices para escoger, fue gracias a la recomendación de su mejor amigo en el set que ella se quedó con el papel. Aunque no todo era felicidad para la actriz en dicho set, ya que los rumores dicen que había mantenido una relación con Jerome Flynn (quien interpreta a Bronn) y que habían terminado en tan malos términos que en sus contratos pedían explícitamente no tener escenas juntos a pesar de que en los libros esto sí suceda… ¿Curioso, no?

Frances McDormand – Mildred Hayes: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri

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Quizá no vemos a la grandiosa Frances McDormand todos los años en cartelera, pero cuando está… De qué manera lo hace. Una gran prueba de ello es el papel que hizo de Mildred en la fantástica Tres Anuncios por un Crimen en donde nos arrebató el corazón y nos hizo admirar la fiereza y la valentía de una madre en búsqueda de justicia.

Frances estuvo cerca de no aceptar el papel, pero su esposo, Joel Coen (quien no necesita introducción), la persuadió con la frase “just shut up and do it” (“sólo cállate y hazlo”) y qué bueno que esto sucedió, porque Martin McDonagh escribió el guion con McDormand en mente; lo que significa que sin ella, el largometraje habría resultado muy distinto al producto que todos amamos.

La norteamericana ganó el Oscar, el Critic’s Choice, el Golden Globe, el SAG y el BAFTA. ¿Nada mal, eh?

Charlize Theron – Aileen Wuornos: Monster

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Uno de los casos de casting más sonados de todos los tiempos ha sido el de Charlize Theron para la película Monster de Patty Jenkins. Y la misma directora nos cuenta cómo fue el proceso de selección de la intérprete de Aileen Wuornos: cuando Theron le preguntó a ella por qué la había elegido, le respondió “Cuando veo a todas las demás aspirantes, pienso que podría patearles el trasero… Pero a ti no”. Muy convincente, ¿no?

Esa competencia se la ganó a Kate Winslet, Heather Graham, Brittany Murphy y a Kate Beckinsale y el compromiso fue tal que tuvo que subir 30 libras y depilarse las cejas, además de pasar un buen tiempo investigando la vida de las prostitutas y las asesinas en serie.

Charlize ganó el Oscar por su actuación y, como dato curioso, Entertainment Weekly predijo su victoria 11 meses antes de que eso sucediera… A veces es muy claro cuando las actrices nacen para adueñarse de papeles.

Saoirse Ronan – Lady Bird McPherson: Lady Bird

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Uno de los personajes más representativos del subgénero coming of age se llama Lady Bird McPherson, quien fue interpretado excelentemente por la siempre impresionante Saoirse Ronan en la primera película de Greta Gerwig en la silla de directora.

Ronan platicó con Gerwig en el Festival de Toronto en 2015 sobre el personaje principal y ambas quedaron fascinadas la una con la otra, haciendo que la también guionista de la peli escribiera el papel específicamente para Saoirse. La edad no fue impedimento, ya que la chica tenía 23 años cuando el personaje debía tener 18 años pero… Hay que hacer sacrificios.

Carrie Fisher – Princesa Leia Organa: Star Wars

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Nadie puede cuestionar que el personaje de Leia Organa en la saga de Star Wars es uno de los personajes femeninos más emblemáticos de la historia del cine. Valiente, capaz y audaz son solo unas pocas de las cualidades que Carrie Fisher le inyectó al personaje en la película de George Lucas.

A pesar de que odiaba el hairstyle de Leia, sabemos que la princesa fue el rol que definió la carrera de la hija de Debbie Reynolds, habiendo derrotado a Sissy Spacek, Cindy Williams y Jodie Foster para conseguirlo. Somos testigos del legado que Leia tiene en la cultura popular que perdurará durante todos los tiempos.

Julie Andrews – Mary Poppins: Mary Poppins

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Amada universalmente, Mary Poppins es un personaje que ha marcado generación tras generación y eso es, en gran parte, responsabilidad de Julie Andrews; quien con su carisma y su talento nos entregó uno de los proyectos de Disney más importantes en su historia: Mary Poppins.

La historia de su casting es curiosa, ya que Walt Disney la eligió después de verla en Broadway en la obra “Camelot”, pero ella estaba embarazada y Disney atrasó la producción para que pudiera tener a su bebé y luego filmar. Además, P.L. Travers (la autora de la novela) la eligió después de una llamada por teléfono. Fue una excelente decisión, ya que Julie ganó su primer Oscar por este papel.

Además, ser Mary Poppins le abrió muchas puertas porque Robert Wise y Ernest Lehman visitaron el set para conocer a Julie e inmeditamente después de verla trabajar, la eligieron para ser Maria en La Novicia Rebelde.

Linda Hamilton – Sarah Connor: The Terminator

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Probablemente cuando pienses en un personaje femenino badass, piensas en la Sarah Connor de Linda Hamilton (Emilia Clarke, hazte para allá) en las dos primeras películas de Terminator de James Cameron; siendo ella una de las razones de peso para que el proyecto se volviera el clásico que es.

El mérito de Linda es mayor porque grabó gran parte de la película lesionada por un tobillo roto y es curioso cómo casi no se queda con el papel, ya que James Cameron quería a Jennifer Jason Leigh como la encargada de encarnar a la madre de John Connor.

Kathy Bates – Anne Wilkes: Misery

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¿Creías que se nos escapaba esta? ¡Por supuesto que no! Lo que hace Kathy Bates en la adaptación del libro de Stephen King “Misery es, sin miedo a equivocarme, una de las mejores actuaciones que se han visto; llegando al extremo de haber sido alabada por el mismísimo Stephen King, ya que Annie Wilkes es su personaje favorito de todos los que ha escrito.

El papel de Bates es el de una mujer que secuestra a Paul Sheldon, su escritor favorito y el miedo que nos genera el personaje va mucho más allá de la gran pantalla; volviéndola la primera mujer en ganar el Oscar a Mejor Actriz por una película de terror. ¿Recuerdas Misery? Y si sí, probablemente te estremezcas al acordarte de las acciones tan tenebrosas que hace Annie en la peli.

Mención honorífica: Lea Michele – Rachel Berry: Glee

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Es difícil no poner a una actriz que parece ser una fusión con su personaje. Colocamos a Lea Michele por su trabajo en Glee como una mención honorífica porque el papel no ha tenido (ni tendrá) la trascendencia que todos los demás sí, pero definitivamente, ella es una de las actrices que ha nacido para interpretar a un personaje.

En el día de su audición, Michele tuvo un accidente de auto justo afuera del estudio, pero estaba tan decidida a sacarla adelante que entró al foro con pedazos de vidrio en su cabello y cuando fue el momento de cantar, lo hizo con la canción On My Own de Les Misérables y regañó al pianista justo como lo hubiera hecho Rachel. Los guionistas se rieron mucho y le dijeron que el papel era suyo inmediatamente. ¿Lo ves? Lea Michele ES Rachel Berry.

¿Qué les parece, Cinéfilas y Cinéfilos? ¿Estás de acuerdo con nuestras elecciones? ¿Faltó alguien? ¡Colócala en los comentarios!

Mary Poppins Returns

El Regreso de Mary Poppins regala una clásica fórmula mágica, que cumple con hacer soñar a sus espectadores otra vez.

En el lejano 1964, la adaptación de las novelas de P.L. Travers llegaba a la pantalla grande de la mano de Walt Disney. Protagonizada por la magnífica Julie Andrews, y el carismático Dick Van Dyke —a quien Travers no toleraba—, Mary Poppins se volvía la cinta de la época, superando a varios proyectos cinematográficos en propuesta visual, musical y una interacción entre universos animados y live-action nunca antes vista.

Al mismo tiempo, la historia de la niñera mágica, cuyo deber era hacerse cargo de los hermanos Banks del número 17 de Cherry Tree Lane, se volvió un cuento entrañable para futuras generaciones, quienes consumirían dicha cinta en distintos formatos domésticos.

Cuando se anunció que Disney planeaba una secuela del clásico, el temor por el resultado que fuese a entregar Rob Marshallera tangible entre los fanáticos del musical. Que si era innecesario, o que si no habría otra persona como Julie Andrews para sacar adelante tan “perfecto” material, eran discusiones constantes alrededor del proyecto, mismo que vería la luz en Diciembre 2018.

Prácticamente perfecta en todo sentido

Es injusto comparar desde el principio a Julie Andrews con Emily Blunt. No tanto porque la segunda no sea capaz de sacar adelante uno de los papeles más conocidos en la carrera actoral de Julie, sino porque son tiempos distintos y, en palabras de Andrews, es hora de que Emily Blunt brille en pantalla como ella misma sabe hacer.

La pregunta no tendría que ser si “la nueva” es tan magnífica como “la original”, sino qué tan buena resulta Blunt por su cuenta, dentro de su propia historia y con su propia interpretación de la pluma de Travers. Es así que me atrevo a decir incluso que, de no existir un antecedente de Mary Poppins, Emily Blunt sería el referente por excelencia del personaje.

Blunt en los zapatos de Mary Poppins es extraordinaria y lleva a la perfección cada una de las sombras en el espectro de la querida nana; desde el polo ligeramente frío y estricto del personaje hasta el lado más dulce y maternal que se puede tener de ésta.

No es desconocido el talento que posee la actriz para los musicales —recordemos su participación en la adaptación Into the Woods (2014)—; no obstante, podemos decir que dicha habilidad es explotada en su totalidad esta ocasión y eso se aprecia.

Igualmente, la química que presenta tanto con los niños Banks, como con el farolero interpretado por Lin-Manuel Miranda, hacen de la cinta algo cómodo de ver, transmitiendo esa familiaridad al público.

Vientos de cambio

De acuerdo, no hay grandes cambios de los que podamos hablar respecto a la nueva versión en cines. La estructura narrativa es prácticamente la misma y el trazado de los personajes es bastante cercano a lo que ya habíamos visto con Michael (Matthew Garber) y Jane Banks (Karen Dotrice).

¿Qué sí es diferente? El acercamiento a los personajes más pequeños. Si bien recordamos, los hermanos Banks de la historia original vivían de travesura en travesura disfrutando de una infancia común; mientras que, quien debía ser realmente “salvado”, era el banquero George Banks (David Tomlinson), cuya felicidad se desvanecía a los ojos de todos.

Esta vez el problema central es un poco más tangible. Pues, más allá de que la misión de Mary Poppins vuelva a ir hacia los Banks más grandes, existe un riesgo que la familia está corriendo: perderán la casa de Cherry Tree Lane si no consiguen el dinero suficiente para cubrir un préstamo del banco.

Por ello, los niños Georgie, John y Annabel, huérfanos de madre, se ven obligados a ser más maduros que otros chicos de su edad, sufriendo en carne las consecuencias de la Gran Depresión. Hago un punto para sobresaltar la labor del cast infantil (especialmente de Joel Dawson, quien entrega uno de los momentos más emotivos de la cinta), pues cada uno de ellos cumple espectacularmente con el guion que le es entregado y se adueña de la pantalla.

Dos cometas que caen

Volviendo al nudo argumental, los problemas se complican ante el planteamiento de un antagonista, elemento del cual carece la cinta original. William Weatherall Wilkins, a quien veremos también en otras formas a través del viaje de los Banks, Jack y Mary Poppins, pretende ser un personaje que agregue propósito a la trama, no quedando del todo claro sus motivos para llevar a la desdicha a los Banks.

Entre los elementos innecesarios de estos “cambios”, personalmente sentí sobrada la participación de Meryl Streep como Topsy, cuyo momento es breve, musical, y lindo de ver, pero intrascendente a fin de cuentas.

¿Supercalifragilísticaespialidosa?

Tal vez, pero en parte. Mary Poppins Returns cumple con ese objetivo de hacer a los grandes creer de nuevo en la magia, e ilusionarse con algo más que imaginación e inocencia dejada atrás. Asimismo, emociona audiencias infantiles que, aunque probablemente no atraparán el centenar de referencias hacia la clásica cinta de Robert Stevenson — seamos honestos, tampoco nosotros lograremos contarlas todas—; les entrega una cinta agradable que los invita a formar parte de su universo.

Queda a deber precisamente este último punto: la expansión de un mundo que sabemos es infinito de posibilidades. Pues, al repetirse a sí misma en los actos originales, no propone un cambio radical, ni nos envía a escenarios tan distintos a los ya conocidos. Podríamos decir, incluso, que la secuela de Mary Poppins juega en un terreno demasiado seguro, donde sabe que va a funcionar, pero naturalmente no arriesga nada.

Bien se decía en la sala de cine: es un replanteamiento del clásico, pero con tecnología actual. Un “¿qué sucedería si pudiéramos rehacer Mary Poppins con técnicas CGI que pueden inducir al más fantástico de los mundos?”

¿Lo puedes imaginar?

Nada de esto quiere decir que la película sea estrictamente mala. Los números musicales lucen especialmente traídos del escenario para complacer al ojo del espectador, y eso se agradece enormemente; sobre todo al contar con la presencia de una figura como la de Lin-Manuel Miranda sacando adelante dichas escenas.

Se nota un trabajo brillante en la construcción de los escenarios y el diseño de producción en general. Las actuaciones logran ser sobresalientes y el juego de nostalgia que se deja en manos de los seguidores es entrañable. Sin embargo, precisamente esa utilización de referencias podrían hacer sentir ajenos a aquellos que se adentran a las enseñanzas de Mary Poppins por primera vez.

La música cumple y las composiciones están llenas de referencias de principio a fin, citando incluso a las melodías armadas por los hermanos Sherman. El ensamble de Can you Imagine That? se vuelve uno de los favoritos, y quizá el que más fuerza posee junto a The Place Where Lost Things Go.

Se apela de forma positiva al cariño de los fanáticos con los cameos de Dick Van Dyke, Angela Lansburry y Karen Dotrice, mismos que hacen de la experiencia un momento mucho más mágico.

Lo que sí termina por volverse incómodo es esa ausencia de un cambio más grande, un problema que se diga “digno” de una secuela, y el inexplorado terreno más allá del homenaje. Mary Poppins Returns al final es buena, pero se pierde en el camino a ser una continuación perfecta de la historia original.