Vikings 5×9: A Simple Story

¿Realmente quieres pecar?, palabras que son fuego para el Obispo.

 

A Simple Story, episodio 9 de la 5ta temporada de Vikings, es bastante fiel a su título. Fue un capítulo dominado por aspectos más reflexivos que por acciones directas, algo como un calentamiento para lo que tiene que ser un final de mid-season descomunal.

Se notó que están construyendo un momento que seguramente será muy emocionante; aunque la verdad en partes sí se sintió bastante flat, plano, incluso hasta sin sentido.

Nos referimos específicamente a la muerte repentina del Rey Aethelwulf en Wessex. Una abeja lo pica mientras estaba en su estudio concentrado en un libro.

Él solo sonríe, sabe que nunca ha gozado de mucha suerte ni agilidad mental como su padre el Rey Ecbert. Pronto lo vemos postrado en una cama inflamado y pidiendo a sus hijos que hagan lo mejor por su reino. Que escuchen a su madre.

Acto seguido perece y la Reina Judith sin mucho que esperar conspira/convence a su hijo Aethelred. El denominado como el príncipe guerrero. Le pide que ceda su corona a Alfred, quien tiene la pericia para gobernar a cómo se debe. Es quien tiene la capacidad de frenar a los vikingos que según palabras de Aethelwulf están acabando con el dominio británico.

En el otro lado tenemos a Hvitserk y a Ivar junto al Rey Harald, saben que fueron derrotados y el mismo Harald le reconoce a El Deshuesado que la pensará mejor antes de hacer caso a su estrategia. Ivar escucha pero no se inmuta, parece estar replanteando en su cabeza algo nuevo… ¿o será que se está desentendiendo de todo?. Con él nunca podemos saber.

Lo cierto es que Hvitserk tuvo lo gran idea de buscar al Tío Rollo, quien (extrañamente) presta ayuda con tropas francesas. Rollo no se presenta pero sí exige una condición: que perdonen la vida de Bjorn. Ya veremos dice Ivar. Lagertha y Bjorn están conscientes que están en el lado de la desventaja ahora con esas tropas francesas. Bjorn por ello viaja a intentar calmar las aguas pero el intento es infructuoso… como era de esperarse. Incluso Ivar moviliza soldados para matarlo.

Valió la pena el intento” señala el hijo más rebelde de Ragnar… luego que el Rey Harald le grita diciendo que esa no es la manera de hacerlo.

La batalla se dará de una forma u otra… y sabemos las consecuencias de la misma desde la primera escena del episodio; un campo lleno de sangre, dolor y lágrimas. Aún así Lagertha consigue tiempo para conocer más a fondo a Heahmund; recuperado y a la vez fascinado por la reina guerrera. Pláticas de espiritualidad, dioses y creencias llevan a los dos a tener un acercamiento íntimo… la intriga entre ambos se convierte en deseo sexual. “¿Realmente quieres pecar?“, palabras que son fuego para el Obispo.

Allá en la Isla de los Dioses las cosas se salen de control; la enemistad entre Eyving y Flatnose crece mientras Floki pide calma, misma que no sirve de nada. Se erige el templo a Thor y se celebra una ceremonia, interrumpida por uno de los hijos de Eyvind, a quien Floki en un arrebato casi le mete un hachazo. ¿Qué hacen los dioses? ¿Por qué no ayudan? ¿Por qué permiten que quemen el templo a Thor? La tensión está muy alta en este lado del mundo.

El capítulo de Vikings termina con una secuencia que se ven tres momentos distintos; Floki arrodillado llorando la quema del templo, la coronación de Alfred bajo la mirada asesina de su hermano y Heahmund jurando lealtad para siempre a Lagertha. Cómo se vaya a juntar todo eso será sin duda muy interesante.


Vikings se transmite en History Channel los miércoles a las 8:00 pm (EEUU)

Vikings 5×8: The Joke

La crudeza demuestra que en definitiva Vikings supera a Game Of Thrones en escenas de batalla.

 

The Joke es el episodio 8 de la 5ta temporada de Vikings y es uno que muchos esperábamos desde que comenzó la misma, finalmente llegamos a ver ese enfrentamiento brutal y sangriento entre los hijos de Ragnar.

Todo empieza con Ivar junto al Rey Harald y Astrid al frente de sus soldados listos para el combate, al otro lado están sus hermanos Bjorn y Ubbe, junto a quien considera la ilegítima reina de Kattegat, la siempre valerosa Laggertha. El escenario es hermoso, histórico y con el toque épico que nos acostumbra a mostrarnos esta serie.

Cada facción vikinga envía emisarios para no ir apresuradamente a un baño de sangre, de esa forma deciden cada una entregar un “rehén” para buscar la rendición de la otra parte. Al final, nadie pudo hacer cambiar el parecer o postura inicial, por lo que regresan a su lado de la inminente batalla.

El segundo intento de paz es promovido por Laggertha, quien afirma ser la reina de Kattegat porque es el reinado que armó Ragnar y que ella terminó de forjar, así mismo procura meter raciocinio a Ivar diciéndole que Ragnar debe sufrir en el Valhalla por ver a sus hijos pelear así.

“¿Ser hijo de Ragnar no es suficiente?”, le pregunta Bjorn. Ivar no contesta, en su interior él quiere ser más que su padre.

Ese intercambio de argumentos finaliza con Ivar reconociendo que no quiere pelear más y que se arrepiente incluso de haber matado a Sigurd. ¿Está siendo sincero?, con él nunca se sabe, pero en ese mismo campo abierto y resguardados por una formación de lanceros identificados por los colores de cada bando, se propone un brindis (skol!) para sellar la rendición. Momentos después, Ivar le tira la bebida a Ubbe en la cara para luego gritar con ahínco y aplomo: “¡Por supuesto que quiero matar a Laggertha!”, cuando minutos antes había dicho que renunciaba a esa promesa de muerte.

Y de esa forma los lanceros cambian postura para ponerse en posición de ataque. La guerra está por comenzar y qué bien se ve en una serie con una producción como Vikings.

En un santiamén tenemos a los hermanos al frente de sus ejércitos listos para pelear hasta la muerte, Ivar por su lado decide mejor trasladar un tercio de su gente, comandados por Hvitserk, para proteger los barcos, una estrategia que no resultaría la correcta. Bjorn logró adivinar los movimientos de “El Deshuesado” y los sumi los esperan con dardos venenosos que aparecen de las profundidades del bosque.

En el centro de la batalla vemos a todos gritar con todo el alma pidiendo la bendición de los Dioses mientras con sus espadas empiezan a despedazar a sus rivales. Un hombre con el brazo desprendido, un mazazo en la cara de otro, una espada enterrada en el pecho. Las escenas son gloriosamente brutales, la crudeza demuestra que en definitiva Vikings supera a Game Of Thrones en escenas de batalla.

En medio de ellos anda el Obispo Heahmund, ese soldado celestial que se alimenta de matar paganos, ese creer que es Su Llamado y siente el deber de cumplirlo. La emoción se le va de las manos y desconcertado en la batalla se desconcentra, recibiendo un espadazo que parecía mortal por la espalda.

Todo termina en la derrota de Harald y Ivar, quienes piden la retirada. Heahmund es rescatado por Laggertha, quien decide mejor quedárselo, debe sentir un respeto/fascinación por los cristianos a como Ragnar cuando descubrió a Athelstan. Y hablando de él, Alfred, su hijo, se ve más decidido a ser el nuevo rey, su visión del futuro es progresista y ya siente que el Rey Aethelwulf es de “los viejos métodos”. Su madre lo alienta a seguir sus instintos, tiene madera para ser un gobernante con capacidades.

Para finalizar, Floki no la pasa bien en su isla divina, sus seguidores siguen de incrédulos y la decisión de construir un templo a Thor en vez de hogares es algo que tal vez termine pagando caro. En el fondo espero que los Dioses respondan las plegarias del espigado constructor de barcos.

Vikings 5×7: Full Moon

De esas tácticas de guerra o la mera improvisación que es sinónimo
de Ivar es lo que están preocupados en Kattegat

En el 7mo episodio de la 5ta temporada de Vikings saboreamos más cerca que nunca la inminente guerra, esa Luna Llena anuncia la llegada de sangre, espadas y sudor al campo de batalla vikingo, un enfrentamiento entre hermanos que abrirá el camino para el legado del siempre presente Lagnar Rothbrok.

Entre ellos tenemos al vil y enigmático Ivar, ese que llaman El Deshuesado, quien tiene de mascota al Obispo Heahmund y gusta de provocarlo al mismo tiempo de estudiarlo. ¿Qué ve Ivar en él? Un guerrero dice, un hombre valiente a quien admirar y del que siente un poco de envidia. Los complejos de inferioridad por su condición física es algo que el hijo más ambicioso de Ragnar no puede dejar de manifestar.

Aún así, se mantiene analizando cada palabra u oración cristiana que emite Heahmund, simbólicamente este juego de análisis mutuo lo representan con Hnefatafl, un juego de mesa parecido al ajedrez.

Estrategia y saber qué va hacer el contrario es fundamental para saber el paso siguiente a dar, algo en lo que Ivar es todo un experto, aunque el propio Obispo también sabe un poco al respecto.

De esas tácticas de guerra o la mera improvisación que es sinónimo de Ivar es lo que están preocupados en Kattegat, lugar donde finalmente arribó Bjorn Ironside para dar un abrazo a su madre Laggertha, quien rápidamente lo actualizó con lo último ocurrido e inmediatamente se pone a disposición para enfrentarse a sus hermanos menores -eso sí- con la ayuda de Ubbe, el más sensato quizás de los hijos de la Princesa Aslaug.

Bjorn desde que viajó por el mundo y conoció el desierto y los camellos se ha afianzado como ese hombre que respira aventura y quien ahora es un nómada en el amor, motivo por el que ya no siente el mismo cariño por Torvi. Una pena. ¿Será que Ubbe se quede con ella? La tiene difícil porque la ambición de Margrethe se elevó hacia los cielos y buscar ser reina, para lo cual quiere convencerlo de que apoye a la facción que quiere derrocar a Laggertha.

Pero bien, Ironside siendo un hombre decidido ya hasta se casó con una nueva mujer, la Princesa Snaefrid de los sami, la cual parecía ser más inocente de lo que terminó realmente siendo (las historias de castración y bonding en la cama fueron algo inesperado)

Pero si nos vamos un poco al otro lado de Kattegat llegamos a los terrenos del Rey Harald quien ya hizo alianza -temporal al menos- con Ivar para ir con todo sobre Laggertha, plan que se ejecutará en “dos lunas llenas“, algo que Astrid escucha y no puede evitar demostrar que aún es fiel a su antigua pareja, por la cual tuvo que entregar dinero y hasta su cuerpo con tal que le llevaran una carta con la advertencia de la guerra inminente.

En el lado de Inglaterra el heredero Alfred llega hasta el monasterio en donde toda esta historia comenzó, ahí donde Athelstan se encontró por primera vez a Ragnar. En una oración incluso logra escuchar desde el Más Allá al sacerdote, quien lo cuida desde otro plano astral.

Y para finalizar en otros planos llegamos hasta la tierra prometida de Floki, ese lugar bendecido por los Dioses y en donde el mismo espigado de risa curiosa se pregunta por qué no se manifiestan con estos nuevos creyentes, ¿será que no son dignos? La duda se siembra entre su gente pero un geyser ayuda a apaciguar los ánimos. Ya veremos en qué queda eso.